Félix Eguía, presidente de Ibersnacks, ha desgranado durante su ponencia casos de innovación cuyo resultado no fue el esperado, pero que les ha permitido ayudar a identificar el camino correcto para dirigir sus planes de innovación. Esas decisiones no siempre siguen un curso recto, por lo que se hace necesaria una mezcla de inteligencia, fortaleza y resistencia que permita tomar buenas decisiones y mantener la constancia necesaria para no desfallecer hasta el final.

En concreto, el directivo de la fabricante de snacks ha citado el ejemplo de una gama de snacks nutracéuticos que desarrolló la compañía en 2000. "Lanzamos un producto horneado en un innovador envase y le añadimos mucha fantasía", explicó el directivo antes de añadir que esta gama se encontró con muchos problemas, ya que, tras entrar en el mercado, al poco tiempo dejó de rotar, y con ello los distribuidores perdieron la ilusión en el proyecto.

"No nos dimos cuenta de que el consumidor que busca nuestro producto no lo come para cuidarse, y nosotros le quitamos lo fundamental, el sabor", afirmó Félix Eguía.

Algo similar le ocurrió a la compañía con una innovadora familia de comida en sprays, que fue muy bien recibida por la distribución. En este caso, "cometimos el mismo error, y fue que no pensamos en el consumidor después de haber ejecutado un proyecto que supuso una inversión total de 14 M€, incluyendo una subvención de 5 M€. Con un envase que supone un 70% del valor del producto, constatamos que existían para el consumidor, al que posteriormente acudimos mediante tests de grupo, otras soluciones más baratas en el mercado".

En esta ocasión, al igual que con los snacks nutracéuticos, Ibersnacks desarrolló este producto en alianza con un centro tecnológico, que les acompañó en la inversión, y también con un experto en soluciones culinarias, "sin embargo, volvimos a fracasar porque no pensamos en el cliente, que encontraba soluciones más baratas y de sencillo manejo en el mercado", añadió el directivo. De todos estos errores la compañía ha aprendido que, antes de abordar cualquier proyecto innovador, hay que establecer alianzas fuertes con los distribuidores, proveedores y, sobre todo, con el consumidor, al que hay que preguntar si existe realmente la necesidad de ese nuevo producto.

Aun así, el directivo es consciente de que las empresas no pueden desfallecer. "Si queremos ganarnos el aprecio y confianza de los clientes, el espíritu innovador es la clave en cualquier compañía. No responde a ninguna moda ni a un acto reflejo, que simplemente imita lo que observa a su alrededor. Es mucho más, un principio fundamental o vocación que siempre debe reinar en la organización.

En los últimos 25 años de actividad, la innovación ha ocupado un lugar prioritario para Ibersnacks, que ha buscado siempre la diferenciación y ganarse la confianza del consumidor. Hablar de los éxitos siempre parece más fácil, pero creo que el fracaso de algunos proyectos y su análisis resultan muy útiles para extraer conclusiones que sirvan, al menos, de reflexión", concluyó el directivo.