Basf ha adquirido varios negocios de Bayer -a raíz de la desinversión obligada de esta, tras hacerse con los servicios de la norteamericana Monsanto- por un precio cercano a los 7.600 M€. Entre los activos incorporados se incluyen la división de semillas hortícolas y las marcas registradas por la alemana para cultivos extensivos. La transacción, según explican fuentes internas, además abarca el comercio global de glufosinato de amonio, ciertos herbicidas elaborados con glifosato en Europa y otros proyectos de investigación de nematicidas.

España es uno de los países donde la integración tiene más impacto, con cuatro centros de trabajo situados en El Ejido (Almería), Cartagena (Murcia) y Paterna (Valencia). En este sentido, el negocio de las semillas de hortalizas incluye 24 cultivos y alrededor de 2.600 variedades. También dispone de un sólido sistema de mejora integrada que consta de más de 100 programas únicos en más de 15 cultivos diferentes.

La compañía ha puesto en valor la inclusión de estos activos a su catálogo de soluciones agrícolas, que asimismo implica la incorporación de 4.500 empleados de Bayer. “Después de meses de preparar una transferencia transparente y la integración fluida, estamos ansiosos por empezar con el nuevo equipo y nuestras capacidades ampliadas”, ha manifestado Markus Heldt, presidente de Agricultural Solutions de Basf. Precisamente, dicha área ha cambiado de nombre -antes llamada Crop Portection- para reflejar el alcance de su desarrollo.

Basf opera en nuestro país a través de su filial Basf Española, que en 2017 facturó 1.325 M€, lo que supuso un incremento del 14% respecto al anterior ejercicio. A nivel internacional, cuenta con más de 115.000 trabajadores para sus actividades de químicos, productos de rendimiento, materiales y soluciones funcionales, agricultura, petróleo y gas. En el último año generó unos 64.500 M€, de los que 5.700 procedieron de su parcela agrícola.