La consultora internacional Wine Intelligence ha revisado las previsiones y tendencias en el mundo del vino para 2021, un ejercicio que traerá “más inversión y movimientos en el e-commerce, formatos alternativos para el envasado y un incremento de la categoría hard seltzer”.

Richard Halstead, cofundador y jefe de operaciones de la compañía, explica que en un 2020 caracterizado por la incertidumbre y “devastador” para sectores muy relacionados con el vino, como restaurantes, hoteles, bares, catering y turismo, algunos productores e importadores han sabido adaptarse rápidamente a la situación reforzando las ventas directas y a través de los canales online.

La consultora estima que podrá empezase a hablar de “normalidad” hacia mediados de año, a medida que la generalización de las vacunas y el mayor control del virus permitan retomar actividades como viajes o salidas para comer. En líneas generales, Halstead observa un panorama heterogéneo y económicamente difícil por la crisis económica (“menos dinero en nuestros bolsillos”), lo que sumado a la incertidumbre podría acarrear una contención del gasto y el consumo. No obstante, estima que industrias como el turismo podrían vivir una "gran segunda mitad" de año, a medida que la actual demanda "reprimida" vaya poco a poco "liberándose" de la actual situación de contención sanitaria. "De alguna manera, esto será una gran noticia para el sector del vino, que abastece a estas industrias y tiende a vender más productos de valor agregado en los entornos hoteleros", insiste Halsted, que añade que “el vino se ha convertido en una parte más central de la vida de muchos consumidores en los últimos doce meses” y esa tendencia “persistirá durante algún tiempo”.

¿Cuáles son las principales tendencias para 2021?

-Se reducirá el consumo de vino pero aumentará el gasto por botella. No obstante, este último se deberá en parte a un previsible incremento de impuestos y aranceles.

-Avanzan envases alternativos a la tradicional botella de vidrio, sobre la que pesa la creciente preocupación por la cantidad de carbono emitido para producirla y transportarla, si bien su primacía “no está amenazada por el momento”. El baginbox ha tenido un “año inesperadamente bueno”, dado que este formato se adaptó “particularmente bien” al consumo en el hogar. Para 2021, tanto el baginbox como el vino en lata continuarán creciendo y acogerán lanzamientos de nuevos productos con mayor calidad y más funcionales.

-Las bodegas forjarán relaciones directas más significativas y duraderas con sus consumidores, si bien en cambio el enoturismo tardará mucho en recuperarse.

-En 2020 se ha vivido un impulso sin igual de la venta online y si bien el escenario será diferente una vez que el comercio físico se libere de las restricciones, se mantendrá el aumento de la competencia en este entorno. La oferta clave para 2021 no será tanto el producto o el precio como la inmediatez. También puede haber sinergias con industrias adyacentes, como la producción de alimentos de alta gama o de especialidades, para aliviar la carga logística y los costos de un modelo basado en el delivery.

-El mercado del hard seltzer despegará. Esta categoría, prácticamente desconocida hace cinco años, está de actualidad, principalmente en EE.UU. Donde ha experimentado un crecimiento porcentual de tres dígitos en los últimos 2 años y se prevé que vuelva a triplicar su tamaño para 2023, según un análisis del IWSR. Ya se han presentado algunos “vinos seltzer” y en 2021 se verá un esfuerzo importante de parte de los productores de vino para subirse a esta ola.