Los representantes de las principales asociaciones del sector de gran consumo, Aces, Asedas, Aecoc, Anged, Coperativas Agroalimentarias y la Fiab, solicitan al gobierno que se tenga en cuenta el carácter esencial y la presencialidad de buena parte de los trabajadores de la cadena agroalimentaria en los planes de vacunación, toda vez que se ha anunciado que próximamente llegarán nuevas dosis que permitirán avanzar en el proceso. Además, ofrecen una colaboración público-privada para agilizar el proceso de inmunización.
En el inicio de la pandemia, el sector de gran consumo fue considerado como esencial, con el fin de poder abastecer a la población. Ese carácter esencial iba acompañado, en la mayor parte de los casos, de una presencialidad que, según José María Bonmatí, Director general de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC), “se hacía muy evidente en las tiendas, pero que se extendía a toda la cadena agrolimentaria”. Sin embargo, según Bonmatí “se echa en falta ese carácter de esencialidad en los planes de vacunación”.
Para Ignacio García Magarzo, director general de Asedas (Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados), los trabajadores de la cadena agroalimentaria son “un grupo de riesgo, ya que sigue siendo un sector esencial y presencial. Es esencial porque en todas las circunstancias, sea cual sea la evolución de la pandemia, las tiendas tienen que estar abiertas para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de la población. Y es presencial porque no pueden cubrirse esas necesidades sin que vayan físicamente al puesto de trabajo”. Por este motivo, recuerda García Magarzo, “es el momento de vacunar a todos los implicados en la cadena agroalimentaria”.
Colaboración para acelerar la vacunación
Con el objetivo de agilizar el proceso, los representantes de las patronales agoralimentarias ofrecen su colaboración. Tal y como indica Javier Millán-Astray, director general de Anged, se hace necesario "afianzar al máximo y dar la mayor velocidad posible al proceso de vacunación, ya que, cuanto antes acabemos este proceso, antes iniciaremos la recuperación económica y social". Para ellos, ofrecen a las autoridades, principalmente autonómicas, que son las responsables de la administración de la vacuna, una colaboración público-privada, que puede hacerse por tres vías diferentes.
Por un lado, podrían apoyarse en las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social, que cuentan instalaciones y personal cualificado; por otro, a través de los servicios médicos propios de las empresas y que están habituados a los calendarios de vacunación, como sucede con la gripe y, finalmente, mediante la contratación de profesionales cualificados. De esta manera, según Millan-Astray, "agilizaríamos el proceso y aliviaríamos al sistema público de salud". En este aspecto coincide, Mauricio García de Quevedo, presidente y director general de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab), quien considera que, además, se ayudaría a impulsar la recuperación económica y avanzar hacia la tan deseada vuelta a la normalidad.
Agustín Herrero, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España, manifiesta también su "disposición para acelerar este proceso de vacunación". Recuerda que "el abastecimiento durante la pandemia se hizo con un compromiso de todas las empresas en momentos muy complicados, con medios escasos. Ahora todos somos conscientes de que acelerar la vacunación es acelerar la recuperación económica y social". Aunque esta colaboración pudiese suponer costes adicionales, el sector está dispuesto a asumirlos. En opinión de Bonmartí, "el coste es lo menos relevante en este momento. Es más relevante lo que supone al país en términos de vida que de costes. Si alguien tiene capacidad de agilizar la vacunación, debe hacerlo. Seguro que es un coste importante, pero seguro que es menor que lo que hay en el otro lado". Aurelio del Pino se pronuncia en la misma línea, ya que, recuerda que "todas las empresas de la cadena han asumido sobrecostes durante la pandemia para garantizar la seguridad; alargando turnos, adquiriendo epis, contratando personal extra, etc. Estamos dispuestos a seguir afrontando el esfuerzo necesario para poder continuar caminando hacia la normalidad".
Vacunación coordinada
Es precisamente este compromiso al que aluden desde el sector para que se tenga en cuenta su petición. Aurelio del Pino, director general de Aces, recuerda el destacado papel de las empresas de distribución durante el último año, no solo para el abastecimiento de productos básicos, sino también en la adopción de medidas para garantizar la seguridad de trabajadores y clientes y favorecer la accesibilidad de la población a productos como las mascarillas, entre otros. Por ello, insiste en que "estamos dispuestos a ofrecer cualquier otra colaboración público-privada en el proceso de vacunación".
No obstante, desde el sector se pone de manifiesto la necesidad de realizar la vacunación en coordinación con las empresas, ya que la totalidad de los empleados de la cadena agroalimentaria no tiene las características de esencialidad y presencialidad. Para García Magarzo, "no hablamos de priorizar la a los empleados que no reúnen las dos condiciones, ya que, hay trabajadores que, aunque sean esenciales, pueden teletrabajar. Además, es necesario establecer una organización para que no se produzcan problemas de funcionamiento con ausencias que motiven una falta puntual de abastecimiento. Por ello, recuerda, "debe hacerse en estrecha colaboración con el sector, porque las propias empresas conocemos el personal y podemos asegurar que se continúe el abastecimiento al tiempo que se vacunan".
