1. Huevos de base vegetal

De los huevos de gallinas no enjauladas a los huevos sin gallina. La suiza Migros sacó a la venta en octubre los primeros -según la cadena- huevos duros cocidos del mundo de base vegetal, elaborados con proteína de soja.

2. Huevos a granel

Carrefour comenzó a vender en septiembre en sus hipermercados la variante animal a granel de este producto. ¿La razón? Cuando un huevo se rompe dentro de uno de sus embalajes, la ley obliga a tirarlos todos. Por ello, la cadena ha tomado esta decisón para luchar contra el desperdicio alimentario

3. Productos de limpieza DIY

La pandemia ha acelerado el afán por los productos elaborados en casa, incluidos los de limpieza -al menos en Francia-. Pocos días antes de que empezara el confinamiento, E.Leclerc lanzaba materias primas para fabricar este tipo de productos, una idea que Carrefour replicó este verano. Bicarbonato, escamas de jabón de Marsella, vinagre doméstico… con sus correspondientes recetas para que la fabricación sea un éxito.

4. Catálogo de otoño

La cadena británica Sainsbury’s ha lanzado este otoño por primera vez una gama de productos específicos de esta temporada. Trufas, verduras de raíz, calabaza… para ayudar a hacer la transición hacia los meses más fríos.

5. ¿Qué fue de los insectos?

La cadena portuguesa Continente ha sacado recientemente a la venta snacks, barras de proteínas y harina a base de insectos. En España, Carrefour ya hizo lo mismo hace años, pero no ha habido mucho eco en el resto de la distribución. Ahora la estrategia, atendiendo a otros casos, es alimentar a los animales productores con aceite de insectos. Así, Auchan Francia cuenta con algunas referencias de productos procedentes de animales, como el cerdo, que han sido alimentados con insectos para reducir el impacto climático, según explica la cadena.

6. Dispensadores y graneles para (casi) todo

El éxito incontestable de las máquinas exprimidoras de zumo, la progresiva generalización de los graneles y la obsesión por diferenciarse y mantener vivo el interés del consumidor está generando toda una nueva generación de surtidores en la sala de venta: la británica ASDA apuesta por dispensadores de cerveza; la suiza Coop, de agua y la francesa Intermarchè por graneles de zumos y hasta aceites o sangrías, en este caso bajo la lógica de la gasolinera: el cliente puede llevar cualquier recipiente y rellenarlo hasta donde quiera. Y en Alemania, un asociado bávaro de Edeka ha instalado en su supermercado una máquina dispensadora de crema de cacahuetes o avellanas.