
Las cerca de 200 empresas dedicadas a la ejecución de instalaciones de autoconsumo solar fotovoltaico que operan en España lograron elevar sus ventas un 129% el pasado año 2022 hasta los 890 M€. El crecimiento exponencial de este negocio, impulsado por las ayudas y subvenciones a las instalaciones, y el incremento de los precios de la energía, se mantendrá durante los próximos años, elevando la capacidad instalada de uno de los países que hasta el momento menos rendimiento sacaba a sus numerosas horas de sol.
Posiblemente España sea uno de los países europeos con más horas de sol que menos rendimiento saca a esta fuente renovable de energía. Tras unos primeros intentos llenos de contradicciones, con incentivos y recortes durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, primero, y luego de Mariano Rajoy, este último dio marcha atrás a la apuesta solar con la aprobación del Real Decreto 900/2015. El llamado impuesto al sol, impulsado por el ministerio dirigido entonces por José Manuel Soria, desincentivaba y ponía numerosas trabas al autoconsumo, dejando a esta incipiente industria en la sombra.
Tres años después, la derogación de este decreto en octubre de 2018, por iniciativa del gobierno de Pedro Sánchez, y la adopción de una serie de reformas del ministerio de Teresa Ribera para reactivar el autoconsumo solar fotovoltaico, siguiendo las directrices de la Unión Europea en materia de transición energética, han supuesto un punto de inflexión para el sector. Desde entonces esta industria no ha parado de crecer y no encontrará su techo al menos durante los dos o tres próximos años.
Los datos de la Unión Española Fotovoltaica (Unef) son contundentes. Las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en España crecieron un 108% el pasado año 2022, con 2.507 MW de nueva potencia instalada, más del doble de los 1.203 MW de 2021 y diez veces más que los 236 MW instalados en 2018.
Según esta patronal, que aglutina a más de 770 empresas, la mayor parte de esta nueva potencia correspondió al sector industrial (47%), seguida del residencial (32%), comercial (20%) y el autoconsumo aislado (1%). España contaría ahora con 5.249 MW de potencia instalada acumulada de autoconsumo, con cerca de 200.500 instalaciones residenciales, según datos de la Unef.
Dos grandes factores explican este crecimiento exponencial. En primer lugar los elevados precios de la energía, sobre todo tras la invasión de Ucrania, que hacen más atractiva que nunca la apuesta por el autoconsumo. El segundo factor, aún más decisivo, sería la lluvia de ayudas y subvenciones concedidas por las diferentes administraciones, en su mayoría procedentes de los fondos Next Generation de la Unión Europea.
Estas ayudas al autoconsumo pueden suponer para empresas y particulares una serie de descuentos que oscilan entre el 15 y 45% en la instalación de placas solares, a los que hay que sumar bonificaciones complementarias en impuestos como el de bienes inmuebles (10-50%), el de construcciones, instalaciones y obras (15-100%) o el de actividades económicas (20-50%), que varían en función de cada municipio, así como deducciones en el IRPF que oscilan el 20 y el 60%, según datos del comparador de energía Selectra.