La demanda se multiplicará hasta 2030
La tendencia se mantendrá al menos durante los dos o tres próximos años. Todo juega a favor de esta industria, a la que sólo le afectaría un cambio de gobierno que supusiera un giro en la actual política sobre energías renovables, algo que, por otra parte, iría en contra de las directrices europeas.
“Este mercado seguirá creciendo a un ritmo muy alto durante los próximos 5 ó 6 años. Después esperamos una estabilización, dependiendo también del mercado residencial en comunidades de propietarios, que está por detonar todavía, a diferencia del unifamiliar, que ya está muy acelerado”, apuntan desde la firma riojana Ecotelia, que desde el año 2021 pertenece al grupo constructor Sorigué. Ecotelia facturó el pasado año 7,66 M€ (+233%) por instalaciones de autoconsumo, con una cartera de contratos que ronda los 10 M€.
Desde la instaladora madrileña Opengy señalan que el mercado en España “crecerá a un ritmo de 2-3 GW/año, pero se estancará en ese entorno, que no es poco, ya que hablamos de una horquilla de entre 1.400 y 2.100 M€ anuales”. La firma, constituida como un spin-off del Grupo Enertis para centrarse en el autoconsumo, cuenta con una cartera de 26 MW para desarrollar en los próximos años.
En EnchufeSolar, la marca comercial de la cordobesa Madama Desarrollos, coinciden en esta visión. “Es evidente que llegará un momento, calculamos que en unos 4 ó 5 años, en el que la demanda se estabilizará, por el siempre hecho de que ya existirá un gran número de cubiertas con instalaciones solares, por lo que el porcentaje de superficies disponibles a ocupar será menor”.
EnchufeSolar, fundada por Daniel Montilla, facturó 10,52 M€ en 2022 (+60%) por este negocio, gracias a las 613 instalaciones realizadas, frente a las 351 del año anterior. La instaladora cuenta desde 2021 con la comercializadora Helios Energía, con la que prevé alcanzar este año unos ingresos conjuntos de 40 M€. EnchufeSolar dispone actualmente de ocho sucursales repartidas por toda España, bajo el modelo de franquicia, y para este año acometerá varios proyectos para empresas como Infrico, Ubago y KFC, entre otras.
“Las previsiones de cara al año 2030 es que se duplique la demanda”, señalan desde la instaladora valenciana Solats, que indican además que “el almacenamiento energético está cada vez más cerca, de modo que los clientes lograrán reducir su factura de luz del 35-40% actual a un 80-85%”. Solats facturó 12,60 M€ en 2022 (+311%) por instalaciones para autoconsumo, con 196 proyectos ejecutados. Su cartera actual supera los 14 M€ para poner en el mercado 22,50 MW.
Dentro de unos años, como señalan desde ID Energy Group, “la demanda progresivamente irá bajando, dando paso a la entrada de elementos complementarios para esas plantas, como la acumulación”. Esta firma, afincada en Ciudad Real, cuenta con una cartera de 18 M€ para la instalación de 32 MW. Lo que parece claro es que “el autoconsumo industrial se ha convertido en una necesidad, por lo que la demanda seguirá aumentando en la medida que sigamos teniendo altos costes de energía”, apuntan desde la sevillana Tentusol, centrada en parques fotovoltaicos, pero que cuenta con una línea de autoconsumo industrial.
Muchas de estas compañías comenzaron su andadura en el primer boom que vivió este sector, unos años antes de que la crisis de 2007 y las posteriores reformas relegaran a la sombra a estas empresas. Tras el decreto del impuesto al sol, las supervivientes se vieron obligadas a reorientar su negocio como empresas de servicios energéticos y en los últimos años han retomado su actividad como instaladoras de autoconsumo solar fotovoltaico.
Además de estas especialistas, poco a poco otras empresas dedicadas a la ejecución de instalaciones eléctricas o de climatización también están apostando por potenciar esta línea de actividad visto el espectacular crecimiento de la demanda. Las grandes constructoras, con divisiones de energía, aunque centradas en el desarrollo de parques solares, también están empezando a dirigir su mirada hacia el autoconsumo solar.