Actualmente, el 9% de la población española (más de cuatro millones de personas) padece algún tipo de discapacidad y, de ellas, el 52% tiene dificultades para desenvolverse con normalidad en su vivienda o edificio. Según el informe Olivenza 2010 , realizado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad, perteneciente al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, dos millones de discapacitados carecen de una vivienda accesible. Ante esta situación, las entidades del sector reclaman que la ley obligue a llevar a cabo reformas en los pisos .

En el 72,7% de los hogares donde residen personas con alguna discapacidad (alrededor de 2,4 millones de casas) existen barreras de acceso, en la puerta o dentro del edificio, en los que se deberían de incluir rampas, elevadores o ascensores adecuados que faciliten la movilidad a los discapacitados. Esta situación sigue siendo una asignatura pendiente en España. Pero no solo se trata del terreno particular porque, según un estudio realizado por la OCU sobre la accesibilidad entre 143 edificios públicos repartidos en 12 capitales de provincia, uno de cada dos de estos edificios públicos es de difícil acceso para una persona discapacitada.

Una accesibilidad universal debe consolidarse en todos los aspectos y detalles posibles para ser realmente beneficioso. Para ello, se deben contemplar aspectos tan sencillos como la medida proporcional entre el vano de la puerta para que acceda una silla de ruedas; el inodoro debe estar acondicionado para su uso, así como adaptadas las medidas de los muebles, etc. Son detalles aparentemente poco perceptibles que, sin embargo, marcan una gran diferencia teniendo en cuenta la variedad de discapacidades. La accesibilidad universal se convierte en una pieza clave para el desarrollo igualitario de las personas independiente de su capacidad.

Si bien hoy se siguen construyendo viviendas sin las medidas adecuadas de accesibilidad, la realidad es que hacerlo no es muy costoso. Por ejemplo, un salvaescaleras es una medida muy económica en relación al beneficio que proporciona y a la amortización del mismo. Su mantenimiento es mínimo y el consumo muy bajo, por lo que las necesidades pueden llegar a cubrirse totalmente. Incluso las rehabilitaciones podrían llegar a hacerse en la vivienda, sin la necesidad de hacer alguna reforma estructural.

Las normativas están presentes, la tarea es aplicarlas

Las leyes existen, lo que falta es el cumplimiento. De acuerdo a los requisitos de la Norma UNE 170001-1, la accesibilidad es la condición que deben cumplir los entornos, procesos, productos, así como los instrumentos y dispositivos para ser utilizables y aplicables en condiciones de seguridad, comodidad e igualdad, de la forma más autónoma y natural posible, por todas las personas y en particular, por aquellas que tienen alguna capacidad. Por otro lado y, de forma complementaria, la Norma UNE 170001-2 supone un compromiso social de la organización con la igualdad de derechos y oportunidades a todas las personas independientemente de sus capacidades.

En países como Alemania o Estados Unidos los salvaescaleras o elevadores ya son muy populares. El cambio de mentalidad en los españoles se está produciendo ya, asumiendo que el envejecimiento es una etapa vital más que hay que disfrutar, conservando un estilo de vida sin limitaciones.

ThyssenKrupp Encasa es uno de los principales fabricantes y proveedores de plataformas y sillas salvaescaleras, así como elevadores para viviendas.