Abrir menú

¿Cuál será el papel de los edificios en la transición energética?

Vivimos en una época en la que el crecimiento urbano es incesante. Naciones Unidas prevé que este continuo incremento de la población y la urbanización hará crecer el número de habitantes del mundo en 2,5 billones de personas en 2050.

¿Cuál será el papel de los edificios en la transición energética?

Según el Informe de Perspectivas Mundiales de Urbanización elaborado por la ONU, en algo menos de 30 años el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. Desde el año 2009 ya hay más personas viviendo en urbes que en el campo. La ciudad es nuestro presente y será nuestro futuro. Cada vez más población se concentra en áreas urbanas que crecen hasta convertirse en grandes metrópolis, incrementando las necesidades de espacio de éstas. Se calcula que en 2030 existirán 41 megaciudades con más de 10 millones de habitantes, que requerirán un 50% más de alimentos y un 17% más de agua para cubrir sus necesidades básicas.

Se han alcanzado muchos acuerdos y pactos, se han definido agendas y aceptado políticas marco para un desarrollo sostenible. Hemos llegado a un momento decisivo en el que se ha puesto a las ciudades en el contexto de un desarrollo sostenible. Hoy se entiende que las ciudades tienen el potencial para enfrentarse a la problemática de la contaminación y el Cambio Climático y pueden ser fuente de soluciones y no su causa. Por eso, para cumplir con los objetivos establecidos es necesario colocar a los edificios, como principal elemento de las ciudades, en el eje de del debate y asegurar así una eficiente transición energética.

Fue en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible (Hábitat III) donde se reforzó el compromiso global a favor del desarrollo urbano sostenible con una Nueva Agenda Urbana . La aplicación de esta Nueva Agenda Urbana contribuye a la implementación y la localización integradas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus metas, incluido el Objetivo 11 para lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Más del 70% de los edificios son ineficientes

Colocar a los edificios en el centro del debate en materia de sostenibilidad mejoraría la calidad del aire y el balance energético del país. No en vano, los edificios son responsables del 30% del consumo energético en España. De hecho, según el Análisis de un sistema de objetivos de referencia europeo para 2030, elaborado por la organización de cambio social, The Energy Coalition (TEC), el sector de la vivienda en la UE tiene un ahorro potencial en términos de costes y eficiencia de más del 60%. Por otra parte, EuroACE, la alianza de compañías por la eficiencia energética en los edificios, apunta que el 90% de los edificios existentes hoy en día en la UE continuará existiendo en 2050. También señala que entre el 70% y el 90% de estos edificios son ineficientes.

La renovación de éstos, junto a la construcción de nuevos edificios responsables, supondría disponer de un conjunto de edificios no solo energéticamente eficientes, sino también productores de energía limpia y renovable.

La lana de roca, un recurso natural infrautilizado

Uno de estos productos que contribuyen a mejorar la eficiencia de los edificios es la lana de roca. La roca y la civilización fueron hechas la una para la otra. Se trata del recurso natural más abundante del planeta, que permite obtener soluciones que enriquezcan la vida moderna y que aborden de manera satisfactoria los mayores desafíos a los que se enfrenta nuestro mundo: urbanización, salud y bienestar, escasez de recursos y cambio climático.

La roca es el recurso más abundante del planeta, ya que la Tierra produce 38.000 veces más rocas de las que se utilizan anualmente. La roca es un mineral abundante y naturalmente resiliente. Los aislamientos a base de lana de roca presentan enormes propiedades térmicas que ayudan a mantener una temperatura constante en espacios interiores, creando espacios más saludables y confortables para las personas. Mantener la temperatura puede reducir notablemente los costes de calefacción, aire acondicionado y ventilación y, por ende, la huella de carbono generada por los edificios.

En definitiva, el aislamiento de lana de roca mejora el rendimiento global del edificio y garantiza la creación de un espacio seguro y confortable, adaptándose a las necesidades de cada establecimiento y a la normativa técnica establecida por ley. Todo ello sin comprometer el atractivo estético de los edificios, ya que al ser un material flexible y versátil permite crear espacios atractivos, armoniosos y personalizados, ofreciendo una gama ilimitada de formas y colores.

Pedro Luis Fernández-Cano es Business Unit Director de Rockwool Peninsular



Compartir por e-mail

Recibe nuestras Newsletters

¿Ya estás registrado? Gestionar sin cuenta Alimarket

Marca los sectores que te interesan y recibirás una newsletter diaria con los titulares de las principales noticias

<

Gestiona tus preferencias a nuestras Newsletters

Recibirás un mail de acceso para gestionar tus preferencias de newsletters