La fabricante vizcaína Cables y Alambres Especiales presentó a finales del pasado mes de septiembre la solicitud para acogerse al concurso voluntario de acreedores, como avanzó la agencia Efe. La compañía, que pertenece desde 2015 al grupo Vicinay, especialista en el suministro de cadenas y líneas de fondeo para la industria del offshore y el mercado de elevación, mantiene paralizada su producción en su fábrica de Erandio, semanas después de que los sindicatos rechazaran en agosto un Expendiente de Regulación de Empleo de extinción que afectaría a 43 de sus 122 empleados.

Los sindicatos temen el cierre de la fábrica

La compañía alegaba la caída de las ventas, debido a la reducción de sus pedidos y al alza del precio de las materias primas (alambrón y zinc), por lo que era necesario adoptar el ERE mencionado para garantizar la viabilidad de la firma. Sin embargo, los sindicatos señalan que, desde que la empresa fue adquirida, no se han llevado a cabo las inversiones anunciadas, pues en el momento de la compra los responsables de Vicinay anunciaron un plan a cinco años para invertir 10 M€ en la modernización y ampliación de las instalaciones. Además, los trabajadores arrastran el impago de varias nóminas y temen que el objetivo de los propietarios sea el cierre o deslocalización de la planta, pues se asienta sobre unos terrenos sobre los que hay pendiente una recalificación para la futura construcción de viviendas junto a la ría de Bilbao.

Cables y Alambres Especiales fabrica cables para aparatos de tracción, ascensores, grúas minería, offshore y remocaldores, el sector pesquero y el de transporte por cable. La compañía facturó 10,60 M€ en 2017, con la mitad de sus ventas procedentes de mercados exteriores. Entonces su plantilla ascendía a 129 empleados. En ese año acumulaba un agujero patrimonial de 731.000 €, con pérdidas de 909.000 € en dicho ejercicio y unos activos valorados en 16,43 M€.