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El futuro de la vivienda unifamiliar: industrializada y sostenible

El futuro de la vivienda unifamiliar: industrializada y sostenible

Estamos en una etapa apasionante de la construcción en la que casi todo está por hacer, un punto de inflexión en el que la industrialización se abre camino como vía de desarrollo económico del país.

En plena adaptación al cumplimiento de los criterios de sostenibilidad, con la vista puesta en el 2050, se hace necesaria una reconversión del sector hacia una industria 4.0 en la que el protagonismo sea de empresas altamente competitivas, tecnológicas y generadoras de negocio. En esta transformación, la industrialización orientada a la vivienda unifamiliar se conforma como el motor de cambio, capaz de generar empleo de calidad con atractivo para el talento joven y de potenciar una economía empresarial colaborativa.

La industrialización, una herramienta para la sostenibilidad

De esta forma, la vivienda unifamiliar industrializada (VUI) se plantea como proyecto piloto de un nuevo paradigma en el que la sostenibilidad, el alto valor y la mejora de la calidad de vida de las personas son las metas. De hecho, la industrialización no solo cambiará la forma de producir viviendas; también cambiará con el tiempo la forma de vivirlas. Pasaremos de viviendas pasivas a activas, capaces de interactuar con el entorno y con las personas usuarias.

De lo que no hay duda de que el sector de la construcción es uno de los grandes consumidores de recursos y energía. Para reducir su impacto ambiental es necesaria la optimización de recursos, la implantación de un modelo circular y la apuesta por la eficiencia energética. Todo esto se consigue con la vivienda industrializada, con altas prestaciones y costes ajustados. Pero, para poder beneficiarse de sus múltiples ventajas es preciso potenciar su ritmo de actividad y cambiar el procedimiento global del proceso de la autopromoción.

Las ventajas de la vivienda unifamiliar industrializada: tranquilidad, eficiencia energética y calidad

La vivienda unifamiliar industrializada es la mejor solución y una inversión tan fiable y conceptualmente duradera como la tradicional. Válida para obra nueva o para rehabilitación, ofrece una serie de ventajas que se traducen, sobre todo, en tranquilidad para el usuario final. De ahí que sea imprescindible sensibilizar a la ciudadanía acerca de sus beneficios, casi tanto como lograr el impulso institucional.

Desde contar con información detallada en cuanto a tiempos, procesos y costes antes de arrancar el proceso de fabricación de la vivienda, a la reducción de plazos de entrega, del coste total y del de mantenimiento, las ventajas de la VUI frente a la construcción convencional también se orientan a la participación en todos los procesos desde el mismo momento del diseño. Además, permite la adaptación a requerimientos específicos y un mayor control y calidad de los productos y sistemas integrantes. Todo esto redunda en menores deficiencias y errores ocultos y una vida útil de la vivienda más larga. Con el enfoque de la industrialización, además, se logra una mayor eficiencia energética, por lo que es posible obtener los certificados de calidad, de sostenibilidad y de eficiencia más exigentes.

El gran potencial de crecimiento de la vivienda unifamiliar industrializada

En la actualidad, la vivienda unifamiliar industrializada aún tiene poco peso por razones históricas, relacionadas con la cultura del ladrillo en torno a la que ha evolucionado el sector constructor. Sin embargo, tiene un importante potencial de crecimiento, puesto que ofrece soluciones que se adaptan a la perfección a una nueva demanda. La industrialización de la VUI es la opción que mejor encaja en el nuevo modelo post-pandemia, en el que se sale de las ciudades y se eligen espacios abiertos, en la búsqueda de más confort y más salud. Asimismo, cubre las cada vez más altas expectativas a nivel de sostenibilidad, tecnología, funcionalidad y flexibilidad, además de las necesidades de una población envejecida que precisa adaptación y nuevos servicios.

Sin duda, esta es la primera reconversión que llevarán a cabo las constructoras, convirtiendo a la VUI en un laboratorio sectorial para desarrollar nuevas soluciones y tecnologías que sirvan para afrontar retos como la falta de mano de obra. De este modo, la vivienda unifamiliar industrializada es donde se desarrollarán y pilotarán nuevas soluciones constructivas y funcionales que posteriormente se llevarán a la construcción en altura. En este sentido, la necesidad de optimizar los procesos y acortar los plazos de ejecución, así como mejorar la reputación del sector son otras de las razones por las que la vivienda unifamiliar industrializada experimentará un crecimiento, según se ha concluido en el grupo de trabajo sobre vivienda unifamiliar industrializada (VUI) del Clúster de la Edificación. Se estima una producción 10 veces superior a la actual que alcance las 8.000 viviendas en 2030. Aunque con las cifras actuales pueda costar verlo, la industrialización cambiará por completo la producción de viviendas y la forma de vivir en ellas en un futuro muy cercano. Será entonces cuando la etiqueta sostenible deje de ser necesaria, puesto que todo el sector de la construcción seguirá los más exigentes estándares de sostenibilidad.

Antonio Pardal, director general de Grupo Presto Ibérica, miembro del Clúster de la Edificación.



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