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Envolvente + instalaciones: la combinación ganadora en la rehabilitación energética

Envolvente + instalaciones: la combinación ganadora en la rehabilitación energética

Para reducir la demanda de energía en un edificio, tan importante es mejorar la envolvente como renovar las instalaciones. Los sistemas de climatización, calefacción y agua caliente sanitaria (ACS) son los responsables del 50% del consumo en la vivienda y su sustitución por equipos de última generación es clave para reducir la demanda de energía y ganar en confort.

Desde la Unión Europea se trabaja de manera decidida en la renovación del parque edificado, facilitando el acceso a ayudas económicas (fondos NextGen) e impulsando una normativa común mediante la revisión de la EPBD (Directiva Europea de Eficiencia en Edificios). Estas dos líneas de actuación, reforzadas por las dinámicas de rehabilitación puestas en marcha en España, deberían ser suficientes para lograr la transformación de nuestros edificios, alcanzando los objetivos de descarbonización para el año 2050.

Pero todavía existen dudas a la hora de abordar una rehabilitación integral. Los altos costes de los materiales y las incomodidades que conllevan las obras retrasan la toma de decisión de las familias, que, en ocasiones, se limitan a cambiar algunos elementos de la vivienda –ventanas, puertas, etc.– aparcando una intervención más global y ventajosa.

Sin embargo, no debemos de olvidar que cuando intervenimos de manera global en un edificio, actuando sobre la envolvente y mejorando las instalaciones, no solo logramos importantes ahorros de energía, también se incrementa el confort y la salud de los usuarios y se reduce el impacto sobre el medio ambiente. Por ejemplo, el empleo de sistemas de ventilación (VMC) no solo contribuye a evitar problemas de humedades y moho, sino que mejora la calidad del aire interior gracias a la incorporación de filtros que nos permiten obtener un ambiente más limpio, libre de partículas dañinas.

Además, desde el punto de vista del desembolso económico debemos de tener presente que este tipo de actuación es, en realidad, una inversión que se recupera en un espacio de tiempo medio/corto, ya que el ahorro se empieza a notar desde el principio. Pongamos un caso: una vivienda de 150 m2 en una zona climática cálida, donde se instale un sistema VMC, puede llegar a pagar cerca de 200€/mes en calefacción y cerca de 80€/mes en refrigeración, recuperando la inversión realizada en un plazo de 7,2 años.

Para conseguir el efecto (y ahorro) deseado tan importante es contar con profesionales cualificados y conocedores del sector, como el realizar un estudio pormenorizado del tipo de actuación que se puede realizar, adaptando el sistema instalado a las características del inmueble. Es decir, siempre que se pueda realizar una renovación integral -envolvente e instalaciones– deberíamos optar por ella, pero si no es posible, podemos abordar soluciones a menor escala, como la instalación de soluciones de ventilación DF descentralizadas.

En el mercado podemos encontrar multitud de soluciones que se ajusten a las necesidades de cada edificio o vivienda particular. Sin embargo, desde hace un tiempo lo más demandado es el sistema único, que combina varias soluciones que se integran a la perfección (ACS, calefacción, refrigeración y ventilación) y que se gestionan a través de un mando de control. De esta manera, se logra la máxima eficiencia, ahorro de energía y confort en el hogar.

Iván Agudiez, responsable de Proyectos de Ventilación Business Unit Heating de Wolf y experto en Passivhaus



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