La Comisión Europea ha presentado una propuesta para "proteger" al sector siderúrgico de la UE de los "efectos injustos" del exceso de capacidad mundial, lo que califican como un paso "fundamental" para garantizar la viabilidad a largo plazo de una industria de importancia estratégica. En concreto, la hoja de ruta propone tres medidas: limitar los volúmenes de importación libres de aranceles a 18,3 Mt/año, una reducción del 47 % en comparación con las cuotas de acero de 2024, duplicar el nivel del arancel fuera de cuota al 50%, y reforzar la trazabilidad de los mercados del acero mediante la introducción de un requisito de fundición y colada para evitar la elusión a través de terceros países.

La propuesta sustituirá a la medida de salvaguardia del acero que está vigente en la actualidad, que establece aranceles del 25% pero expirará en junio de 2026. La Comisión responde con la nueva hoja de ruta, según las palabras de su propio comunicado, "a la petición de los trabajadores, la industria, varios Estados miembros, los diputados al Parlamento Europeo y las partes interesadas de la UE de ofrecer una protección sólida y permanente a la industria siderúrgica de la UE, con el fin de salvaguardar los puestos de trabajo de la UE y apoyar al sector en sus esfuerzos de descarbonización".

En la actualidad, la industria europea opera al 67% de su capacidad y, con estas medidas, se busca que esa actividad se eleve hasta el 80%.

Los países desde los que la UE importa el grueso del acero y, por lo tanto, los que más se verán afectados por la medida son, por orden, Turquía, India, Corea del Sur, Vietnam, China, Japón, Reino Unido y Ucrania. La Comisión ha especificado que en el caso de Ucrania, debido a su situación derivada de la invasión rusa, se le dará un trato preferencial a la hora de asignar los volúmenes de los recursos que pueden importarse dentro de la cuota y que están exentos de aranceles.

La propuesta de la Comisión Europea debe ser ratificada ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea por mayoría cualificada.

Unesid o ArcelorMittal apoyan la medida, pero el automóvil la rechaza

La Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid) ha comunicado que valora "muy positivamente" la propuesta presentada por la Comisión Europea. La asociación española considera que se trata de un "paso decisivo para garantizar la competitividad, la sostenibilidad y el empleo en la industria siderúrgica española y europea", y urge a su rápida adopción para que entre en vigor a comienzos de 2026. Además, Unesid subraya la "necesidad" de ampliar el alcance de la medida a los productos transformados, también expuestos a la "competencia desleal" y a los aranceles del 50% en Estados Unidos, con el fin de proteger toda la cadena de valor industrial.

Otro de los actores que ha manifestado su apoyo a la medida es el grupo multinacional ArcelorMittal. Su CEO, Aditya Mittal, ha declarado: "En nombre de todos los empleados de ArcelorMittal en Europa, me siento sinceramente aliviado por las propuestas anunciadas hoy para apoyar a la industria siderúrgica europea. Me gustaría dar las gracias a la Comisión y a los Estados miembros por comprender la gravedad de la situación y actuar de forma adecuada y decisiva. La industria siderúrgica europea y la industria manufacturera en general pueden tener ahora un futuro mucho más sólido, y hoy se ha dado un paso en esa dirección".

Por contra, Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha mostrado su preocupación porque considera que la medida tendrá un impacto inflacionista. La organización apunta que los fabricantes de automóviles adquieren aproximadamente el 90 % de sus compras directas de acero en la UE, pero que necesitan importar "determinadas cantidades y calidades" y señalan que las cuotas automovilísticas siempre se han agotado rápidamente en los últimos siete años de aplicación de la salvaguardia.

"No discutimos la necesidad de cierto nivel de protección para una industria de productos básicos como la del acero, pero creemos que los parámetros propuestos por la Comisión van demasiado lejos a la hora de aislar el mercado europeo. Necesitamos encontrar un mejor equilibrio entre las necesidades de los productores europeos y los usuarios del acero en esta medida", ha concluido la directora general de la ACEA, Sigrid de Vries.