El sector de la construcción cumplirá en 2011 cinco años de crisis, desde que empezará a sufrirla a mediados de 2007, con el importante freno del mercado residencial. En este tiempo, muchas de las empresas constructoras, promotoras e instaladoras que forman este amplio sector, han logrado mantenerse a flote y consolidar sus negocios, gracias a una política de reajustes, incremento del peso de su negocio internacional y una decidida apuesta por la diversificación.

Las grandes constructoras han logrado capear el temporal gracias a su enorme tamaño, diversificación y negocio exterior, mientras que los grandes grupos promotores han hipotecado su futuro en negociaciones con la banca. El resto del tejido empresarial ha ido sobrevivido buscando nuevas oportunidades y ajustando al máximo sus costes. Por el camino, no obstante, se han quedado ya y posiblemente desaparecerán cerca de 100.000 empresas dedicadas a la ejecución de obras o a la promoción inmobiliaria. En este contexto, las 500 principales constructoras y promotoras redujeron sus ingresos hasta los 91.823 M€ en 2009 (-14,7%) - ver Informe Completo -, una cifra no del todo mala, teniendo en cuenta que el pasado año fue quizá el más duro al que se enfrentó este sector.