Un año más, el sector que más brilla tanto a nivel de exportación como de inversión es el del envasado horizontal. Como siempre, el nivel tecnológico de un ramillete de empresas de capital nacional (y alguna de fuera pero con presencia productiva en nuestro país) sigue siendo el motor de un sector en el que las excepcionales y crecientes perspectivas de la bolsa stand-up fuera de España (a nivel local, la penetración de este producto está siendo más lenta). Como afirman casi todos los estudios sobre el sector de flexible, este formato de envase encara unas perspectivas de crecimiento superiores y en casi todos los frentes, sobre todo a medida que mejoran aún más los sistemas de envasado (garantizando una mejor conservación del contenido en espacios con temperatura ambiente). La crisis de deuda del año pasado fue sumamente beneficiosa para este sector, gracias a una depreciación del euro que hizo más vendible el producto español.
Ahora que las perspectivas económicas mejoran en Europa y la moneda única se revaloriza esas opciones se podrían reducir de forma significativa. Y queda todavía margen para que la situación varíe en función de cuestiones de geopolítica mundial como la situación en Siria o Egipto, pero parece bastante evidente que los movimientos monetarios de los últimos meses empujarán al alza a la moneda única. Todavía es pronto para ver el impacto que efectivamente tendrá en la entrada de pedidos porque lo que se pierda por el endurecimiento de los mercados de fuera del euro puede ganarse si la situación económica en el Viejo Continente mejora, algo que también parece posible (aunque no sea por un periodo largo).