La ventaja competitiva del mercado del flow-pack radica desde hace años en que dispone de un mercado propio, el galletero, que ha servido de “refugio” en periodos de crisis. Aunque ya hace tiempo que el flow-pack extendió su presencia a multitud de sectores, los fabricantes de estos equipos se plantean los próximos años como una oportunidad para seguir expandiendo su actividad, tanto a nivel de los campos de trabajo como de los países a los que se destinan sus productos.
En este sentido, la más activa un año más es Ulma Packaging, compañía que a mediados del pasado año anunció haber alcanzado un acuerdo de asociación con la belga GH para representar mutuamente sus respectivos catálogos en el área del Benelux. La alianza comercial involucró a las sociedades Ulma Packaging, de Leerdam (Holanda); GH, con sede en Aartselaar (Bélgica); y una tercera firma, Phi Pack, filial de la anterior para los Países Bajos, que dejó de existir. El portfolio de productos incluye, además de la gama completa de maquinaria de Ulma y Mondini, los finales de línea de Cama (sólo para Holanda) y Meurer (Bélgica y Luxemburgo), los equipos de flow-pack vertical de Pentavac, la tecnología de etiquetas sin revestimiento Ravenwood, enfajadoras de cartón de T. Freemantle y los equipos de procesado de Schröter.