De todos los sectores que componen el mercado de final de línea, el paletizado, y su sector hermano, el enfardado, son por principio los más fuertes. La amplia diversidad tecnológica que existe en este mercado es lo que ha permitido que convivan distintos tipos de negocio sin apenas problemas, posibilitando incluso una complementariedad que siempre ha sido beneficiosa para el cliente. La situación, no obstante, podría cambiar a resultas de la crisis. El mundo del paletizado está segmentado en cuatro tipos de tecnología: una básica y cada vez más en desuso (el convencional), otra de nivel “medio”, donde las firmas de tecnología española más se habían centrado (cartesiano), y otras dos con un perfil más vanguardista (los robots tipo scara y antropomórficos).
El fuerte golpe recibido por el sector industrial, en especial la industria automovilística y de bienes de equipo, ha provocado que las firmas dedicadas a la robotización, por norma grandes compañías de origen alemán o asiático, estén prestando un cada vez mayor interés por un mercado que, aunque siempre ha estado ahí, nunca ha representado su principal fuente de ingresos. Esta nueva tendencia no implica que las grandes firmas de la robotización cambien de la noche a la mañana su modelo de negocio, pero sí parece claro que van a prestar más atención a este negocio y llevar a cabo un comportamiento comercial más agresivo, lo que puede trastocar sensiblemente la actual estructura del mundo del paletizado.







