Una serie de catalizadores del mercado están transformando la industria de envasado de alimentos y, en caso de que las empresas tengan la agilidad para responder a los cambios, hay un gran margen para prosperar dentro del nuevo panorama. Gran parte de la transformación está siendo impulsada por el usuario final. Hay una clara disminución del número de personas que comen en casa, acompañado por un incremento de gente que come sobre la marcha.

Los consumidores también están mostrando una clara preferencia por los productos sostenibles. Una investigación publicada a principios de este año por Asia Pulp & Paper mostró que casi tres cuartas partes (71%) de la población afirma que los credenciales de sostenibilidad de un producto influyen en sus decisiones de compra de papel y embalaje, y casi la mitad (42%) de los entrevistados aseguraba estar dispuesto a pagar más si su origen es sostenible. Aunque la encuesta se llevó a cabo exclusivamente en América del Norte, los resultados proporcionan una información valiosa sobre uno de los mercados de papel y embalaje más desarrollados del mundo y ofrecen una indicación más amplia de las tendencias de la industria para otras regiones.

Además, no sólo están cambiando las preferencias del consumidor, sino también sus hábitos de compra. El consumo sobre la marcha está creciendo en todo el mundo, y las marcas están teniendo que buscar nuevas soluciones que aumenten la comodidad de los usuarios para seguir siendo competitivas. Por ejemplo, en octubre de 2014, Starbucks introdujo los pedidos y pagos desde el móvil en varias tiendas de Estados Unidos para permitir a los clientes realizar pedidos con antelación y recogerlos en el Starbucks seleccionado. Se trata de una iniciativa que ha tenido una gran aceptación y, actualmente, hay varias cadenas de comida rápida que están pensando en implementar esquemas similares. Todas ellas han de tener presente que los envases deben tener capacidad para retener el calor de forma prolongada, un etiquetado claro para facilitar el reciclado y un diseño fácil de llevar.

Sin embargo, la presión para el cambio también llega de manos de los legisladores, que se están preocupando tanto por la sostenibilidad del entorno, como de la seguridad de los consumidores. Por ejemplo, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, preocupado por el enorme impacto medioambiental de la espuma de poliestireno, anunció a principios de año la prohibición de los envases realizados con este material. También la Unión Europea está legislando respecto a los materiales que pueden, o no, entrar en contacto directo con los alimentos, aunque en este caso, la preocupación de las autoridades se centra más en la seguridad de los ciudadanos que en la sostenibilidad de los envases.

En respuesta a las cambiantes condiciones del mercado, el sector está respondiendo con una serie de innovaciones. Por ejemplo, este año McDonald’s ha lanzado un nuevo concepto de packaging, el McBike, creado específicamente para ciclistas y fabricado con cartón reciclable. Se trata de un sistema que permite a los ciclistas llevarse el menú colgado del manillar de su bici gracias a su disposición por compartimentos (para la hamburguesa, las patatas fritas y un agujero circular en la parte inferior que se adapta como portavasos para la bebida) y que, al plegarlo, se convierte en un discreto y cómodo envase de cartón con un asa para transportarlo en el manillar de la bici.

Otro buen ejemplo de desarrollo de productos podemos encontrarlo en el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE), que está desarrollando soluciones de envasado acorde a la nueva realidad social, teniendo en cuenta la necesidad de reducir el desperdicio de alimentos e incorporando criterios ambientales, como la elección de materiales reciclables o biodegradables para los envases.

La innovación en el mercado de los envases de alimentos es fundamental para las marcas, para mantener el ritmo de las tendencias emergentes y para permitir que la industria de servicios de alimentación continúe creciendo y desarrollándose. El abastecimiento a los consumidores, cada vez más preocupados por el medio ambiente y con un ritmo de vida frenético, es un reto al que todos nos enfrentamos. Sin embargo, si se abordan estos desafíos con innovaciones en diseño y materiales, las marcas podrán diferenciarse y conseguir el éxito a largo plazo.