El Juzgado de Instrucción 1 de Tarragona investiga la explosión ocurrida en enero en la empresa química Industrias Químicas del Óxido de Etileno (Iqoxe), en La Canonja (Tarragona), en base a los presuntos delitos de imprudencia grave con resultado de muerte, lesiones, daños y delitos contra los derechos de los trabajadores.

En un auto firmado el pasado viernes, la titular del juzgado señala que la empresa trabajaba con una política de aumento de la producción y reducción de costes, "de lo que resulta indiciariamente un deficiente mantenimiento de las instalaciones y el ejercicio de la actividad sin las debidas condiciones de seguridad laboral e industrial exigibles". Tres personas murieron y ocho resultaron heridas el pasado 14 de enero a raíz de la explosión de la empresa química en el polígono petroquímico de Tarragona, causando daños en un área de hasta 2.400 m de distancia. En este auto la jueza afirma también que en la planta había "un insuficiente número de trabajadores para realizar el proceso productivo con las debidas garantías de seguridad", y que el día del siniestro se fabricaba un producto inusual, que solo se había elaborado seis veces antes.

La misma tarde de la explosión, se detectó una fuga en una de las bombas del reactor, que ya había registrado problemas anteriormente, y "al detectarse la fuga, hubo una reunión de los responsables de la planta que acordaron no obstante continuar el proceso de producción".

En el auto que levanta el secreto de sumario de la causa, la jueza también ha acordado abrir dos piezas separadas de la investigación: una sobre las licencias de los reactores de la empresa, y otra por presuntos delitos contra el medio ambiente por verter residuos directamente al mar. Así, señala que el aumento de la capacidad de producción en Iqoxe y el tipo de productos que hacía impedía la depuración de la totalidad de los residuos a través de la estación depuradora, y la investigación apunta a que se hacían vertidos directos al mar de forma regular. La planta forma parte del grupo CL Industrial y produce uno de los componentes necesarios para la obtención de glicol, a su vez empleado en la fabricación de granza de PET. Se trata de la única instalación para este producto que existe en España, fabricante de 140.000 t anuales.