Alimarket: Uno de los objetivos fundacionales de Fedishoreca era integrar a las asociaciones existentes y fomentar su creación en aquellas zonas donde no existieran, ¿se ha conseguido?
José Manuel Fernández: En estos momentos, además de las cinco asociaciones que constituyeron Fedishoreca (Cataluña, C. Valenciana, Guipúzcoa, Mallorca y Navarra), se han incorporado Albacete, Bizkaia, Galicia y Salamanca. En proceso se encontrarían Burgos, Madrid, Palencia, Valladolid, Cádiz, Almería, Málaga, Cantabria, Cuenca, Murcia, Soria, Jaén, Asturias, Aragón y La Rioja, unas ya constituidas y, otras, en proceso. Con ellas, tendríamos cubierto alrededor del 95% del territorio. No obstante, nuestra prioridad sigue siendo conseguir la máxima participación.
A.: ¿Cómo se integran estas asociaciones en un único órgano?
J.M.F.: Cada una de ellas tiene libertad de acción. Nuestro papel, es como el de cualquier otra federación empresarial o patronal: ser interlocutores válidos antes las diferentes administraciones e instituciones a nivel local, autonómico y nacional; elaborar y difundir información, estudios e informes sobre el sector para buscar respuestas a los problemas existentes; organizar y profesionalizar el mercado, etc. Un objetivo importante en estos momentos sería darnos a conocer, ya que somos los grandes desconocidos de la distribución.
A.: ¿Han iniciado algún tipo de acción en este sentido?
J.M.F.: Sí. Como federación, mantenemos contactos con el MARM y otro tipo de entidades, como AECOC. En un plano más local, cada asociación mantiene contactos con sus respectivos ayuntamientos (donde, en general, hemos tenido muy buena acogida) porque creemos que existen determinados problemas que deben resolverse en este nivel (zonas de carga y descarga, limitación de horarios en centros urbanos o cascos históricos, etc). Entre otros, estamos al habla con los consistorios de Madrid, Bilbao o Barcelona. En esta última ciudad trabajamos desde hace dos años en un grupo específico para el transporte urbano de mercancías a la hostelería.
A.: Y, a nivel empresarial, ¿se ha tomado alguna medida para mejorar la eficiencia del sector?
J.M.F.: Más que medidas, desde la federación lo que promulgamos son recomendaciones para resolver algunos problemas internos del sector en aras de una mayor racionalización y eficacia. Entre ellas, destacaría nuestra apuesta por que se realicen una serie de cambios tecnológicos necesarios para erradicar prácticas anacrónicas como el pago en efectivo y a reposición, las condiciones o los sistemas de entrega no regulados, ni ordenados eficientemente. En otro plano, también abogamos porque los distribuidores ofrezcan a sus clientes una gama y un servicio integral. No debe olvidarse que el abanico de referencias que se puede servir a un establecimiento de hostelería es muy amplio y ofrece muchas posibilidades de crecimiento.
A.: Al hilo del servicio integral, ¿es posible el nacimiento de un operador integral nacional?
J.M.F.: En primer lugar, tendríamos que decir que esta inquietud nace, únicamente, de las cadenas nacionales organizadas, a las que les gustaría tener un único interlocutor al estilo de los existentes en otros países. Pero, en la práctica, es casi imposible de realizar debido a las conocidas condiciones del sector horeca en nuestro país: la capilaridad, la gran dispersión de locales y el tamaño de entrega (entre 10/15 bultos). No obstante, lo que creemos es que se producirá una reducción del número de proveedores que suministran a un mismo establecimiento. Así, se pasará de los 15-20 actuales, hasta un máximo de 10.
A.: ¿Consideran a las centrales de compra y los cash una alternativa al distribuidor actual?
J.M.F.: Las centrales de compra son una buena salida para el pequeño/mediano distribuidor que no tiene capacidad para negociar directamente con el fabricante. En este sentido, las centrales pueden convertirse en una buena opción para incrementar su portafolio. No obstante, en estos momentos existen muy pocas. En cuanto a los cash, más que competencia, los consideramos un concepto complementario y no vemos que, al menos a corto/medio plazo, se conviertan en una alternativa al distribuidor tradicional. Primero, porque es muy difícil que los establecimientos vayan a comprar a los cash y, segundo, porque es muy complicado que éstos les sirvan a ellos directamente.
A.: ¿De qué modo les ha afectado la actual coyuntura económica?
J.M.F.: En lo que más se está notando es en el aumento de la morosidad, pero, en líneas generales, el sector se está adaptando bien a esta situación. El problema vendrá después, una vez finalice esta situación extraordinaria y en la medida en que los consumidores no recuperen los hábitos de consumo anteriores a la crisis. En 2009, y según nuestros datos (referidos a la distribución de bebidas), se producirá una caída del 15% en volumen y del 10% en valor. Por productos, los más afectados serán los licores (-20%/25%), seguidos de aguas y refrescos (-10%/12%). Otra consecuencia de la crisis es que puede acelerar el proceso de concentración que ya se está produciendo, aunque de un modo muy pausado.
A.: Entonces, ¿el futuro es una incógnita?
J.M.F.: En gran medida, sí. Ya que, como hemos comentado en líneas anteriores, el futuro dependerá, más que nunca, de los consumidores. Si se confirman y mantienen los actuales cambios de hábitos de consumo, entonces habrá un problema porque algunos establecimientos tendrán que cerrar. Esta es la preocupación. Otras claves del futuro serán la evolución de las necesidades y la estructura del horeca (refiriéndonos al tamaño y al número de sus locales), las estrategias y las políticas de los fabricantes y la organización y profesionalización de los distribuidores. Además, no debe olvidarse que otro de los grandes condicionantes de este mercado sigue siendo el propio establecimiento de hostelería, ya que, según sean ellos, evolucionará el sector. El distribuidor se adapta al cliente y no puede evolucionar más rápido que él.





