El secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez-Pomar, ha asistido en Madrid a la salida del tren de la línea Madrid-Yiwu que consolida la ruta ferroviaria de carga entre España y China, la más larga del mundo.
El tren, que recorrerá una longitud total de 13.052 km, cruza ocho países europeos y asiáticos. Los productos que han salido de Madrid tardarán 21 días en llegar a China, frente a los aproximadamente 30 que necesitan para recorrer esa misma distancia en barco.
La ruta ferroviaria que unió por primera vez las ciudades de Yiwu y Madrid se inauguró en diciembre con la llegada a la capital de España de un tren de mercancías procedente de China. Esta misma semana ha salido un nuevo convoy hacia Yiwu cargado con productos españoles, como vino, aceite o agua mineral, lo que contribuirá a impulsar un servicio regular de tráfico de contenedores.
Para Gómez-Pomar, este viaje supone el renacer de una nueva ruta de la seda entre Europa y África. En su intervención, el secretario de Estado ha recordado además que "China es el primer país asiático para las exportaciones españolas y el tercer proveedor de España. Por ello, es un mercado clave para el intercambio comercial, y para la expansión y exportación de muchas empresas españolas”.
En ese sentido, ha señalado que “es fundamental fomentar el transporte de mercancías”, objetivo primordial para España y Europa, por lo que esta ruta euroasiática “es clave para apostar por un transporte eficiente que garantice la movilidad de las mercancías, el impulso de la economía y la creación de empleo”.
Gómez-Pomar ha recordado que para el Gobierno mejorar la capacidad logística e intermodal es esencial para el incremento de los tráficos de mercancías, porque asegura una mejora sustancial en la competitividad de nuestras empresas y de nuestro país.
El objetivo, ha concluido el secretario de Estado, es mejorar el comercio, tanto nacional como internacional, favoreciendo el bienestar de los ciudadanos y el progreso socioeconómico, y la línea Madrid-Yiwu, es un buen ejemplo de ello.





