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Alarma en el sector alimentario ante la reactivación de la huelga de transportes

Alarma en el sector alimentario ante la reactivación de la huelga de transportes

Las organizaciones agrarias -ASAJA, COAG y UPA, Cooperativas Agroalimentarias- y las asociaciones empresariales FIAB, AECOC, ACES, ANGED, ASEDAS, CEDECARNE, FEDEPESCA, HOSTELERÍA DE ESPAÑA Y MARCAS DE RESTAURACIÓN, representantes de los sectores agroalimentario español y de la hostelería, han emitido un comunicado, poniendo la voz de alarma, en el que coinciden en señalar que la cadena agroalimentaria no podría permitirse un nuevo paro del sector del transporte por carretera. "Ante los anuncios relativos a la posibilidad de que se reproduzcan los incidentes que provocaron problemas en la cadena de abastecimiento de productos básicos de alimentación el pasado mes de marzo, el sector productor, la industria y la distribución alimentarias, muestran máxima preocupación por las graves consecuencias que un nuevo paro podría tener sobre las empresas y sobre los consumidores", señalan.

Los firmantes piden a todo el sector del transporte "que no sometan a la sociedad a una nueva amenaza y que tengan en consideración la difícil situación en la que se encuentra un sector esencial, como es el agroalimentario, que trabaja para garantizar en todo momento el abastecimiento de alimentos y de productos esenciales a toda la sociedad en cualquier rincón del país".

El próximo domingo 26 de junio, la asociación Plataforma de Defensa del Transporte de Mercancías por Carretera consultará a sus bases en toda España para que voten si se reactiva el paro que tuvo lugar en marzo. Entonces lo suspendió tras el compromiso del ministerio de Transportes de desarrollar una ley de contratación para el sector, que impida el servicio por debajo de costes de explotación. Desde el ministerio se está trabajando para presentar esta ley antes del 31 de julio, pero en Plataforma afirman que se les trasladó que estaría lista para un mes antes, el 30 de junio. Por esta diferencia se cierne de nuevo la posibilidad de una huelga en fechas próximas.

La amenaza del paro de transporte sobre el sector primario, la industria y la distribución de gran consumo

Los representantes de la cadena alimentaria, en el comunicado emitido, han querido identificar las amenazas y peligros que representaría una interrupción del transporte similar a la producida en marzo. Entonces, las pérdidas semanales en la cadena del sector alimentario se cifraron en 600 M€ y los sobrecostes diarios para la distribución, en 150 M€.

En este sentido, han manifestado:

1.La cadena agroalimentaria presta un servicio esencial para abastecer de productos de alimentación a la población. Este carácter esencial, que fue reconocido durante la pandemia Covid-19, supone garantizar el derecho de los ciudadanos a acceder, en todo momento, a este servicio público y de los operadores a prestarlo bajo cualquier circunstancia.

2.Durante estos días, el sector productor agrario se encuentra en plena campaña de fruta de verano. Gran parte de la producción española tiene como destino los mercados internacionales. El hecho de no poder responder a la demanda, además de manera reiterada, supone una pérdida de prestigio para el sector productor español que puede redundar en la pérdida de destinos de exportación. Este hecho es especialmente grave en momentos de inicio de campaña con riesgo de que se tire gran parte de la producción anual de alimentos perecederos, como la fruta, con los importantes perjuicios que esto supondría.

3.La eficiencia de la cadena hace que los productos frescos lleguen del campo a la mesa en 24 horas o menos. Esto significa que apenas existe capacidad de almacenamiento y, al tratarse de productos perecederos, la imposibilidad de transportarlos produciría enormes pérdidas de producto; incrementándose, de este modo, el desperdicio alimentario con los efectos económicos, sociales, medioambientales y reputacionales que esto supone.

4. La industria alimentaria puede sufrir paros en su actividad si los productos básicos no llegan a las fábricas e, igualmente, experimentar enormes costes derivados de la conservación de los alimentos o de su pérdida. La recuperación de la actividad normal puede extenderse durante varias semanas, prolongando los problemas de desabastecimiento a la población.

5. La distribución alimentaria, por su parte, tiene que hacer un sobreesfuerzo de redistribución de alimentos a los puntos de venta y de reorganización del surtido disponible para no dejar desabastecida a la población. El cierre eventual de tiendas -con graves consecuencias sobre el abastecimiento, en ocasiones, a pueblos enteros-, la presión sobre los trabajadores -que deben hacer frente a situaciones de estrés por parte de los consumidores- y la dificultad para recuperar con rapidez la normalidad de suministro son otros de los efectos sobre el comercio del conjunto del país.

6.Después de la crisis sufrida como consecuencia de la pandemia, la hostelería, la restauración y el turismo pueden ver nuevamente amenazado su abastecimiento y, por tanto, sus negocios en plena campaña de verano, con las consecuencias que eso podría llegar a tener para la imagen de España como destino turístico nacional e internacional.

7.Finalmente, aun cuando el producto no pueda salir de las cooperativas y el funcionamiento de los negocios no pueda garantizarse, almacenistas de origen, lonjas, de las industrias o de las plataformas logísticas y todos los operadores de la cadena deben hacer frente al pago de salarios, cotizaciones, impuestos, inputs agrícolas y ganaderos, mantenimiento de sistemas de frío, etc., con pérdidas económicas millonarias. De hecho, el amago de paro de diciembre y el paro de marzo generaron pérdidas millonarias.

"La cadena agroalimentaria y el conjunto de la sociedad soporta una situación muy difícil, claramente marcada por un escenario inflacionista nunca antes visto en nuestro país. En este contexto, la cadena de valor agroalimentaria está haciendo un gran esfuerzo para tratar de repercutir lo menos posible al consumidor el alza de los precios de la energía, del coste del combustible y sus derivados como los fertilizantes, del precio y ladificultad de acceso a las materias primas, de la presión fiscal y el coste regulatorio que sufre el sector, así como de los efectos del anterior paro del transporte del que algunas cadenas de suministro no hanpodido aún recuperarse", concluye el comunicado.



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