Como parte de su estrategia de sostenibilidad, el grupo Bergé ha iniciado un proyecto piloto para reconvertir uno de sus tractores de arrastre industrial 'Terberg RT222 4x4', pasando de un motor diésel a uno alimentado por GLP/biopropano. La iniciativa se ha desarrollado en colaboración con Revenant, firma especializada en remanufactura sostenible.
El proceso ha implicado la remanufactura completa del vehículo en once fases, desde el desmontaje hasta los controles de calidad previos a la entrega, "reemplazando el motor original por uno más limpio y eficiente". El objetivo es valorar el rendimiento y las ventajas medioambientales del gas frente al diésel.
Según datos de la compañía, el uso de GLP permite reducir las emisiones de CO₂ en un 45%, las de óxidos de nitrógeno en un 99%, el monóxido de carbono en un 63% y los hidrocarburos en un 70%. A nivel económico, el GLP también representa un ahorro significativo, con un coste casi un 50% inferior al del gasóleo.
Este movimiento se enmarca dentro del plan de inversiones de Bergé para modernizar su flota con criterios sostenibles, que recientemente ha incluido también la incorporación de grúas 'Liebherr LHM 550'. Estas permiten una disminución del 26% en el consumo de combustible, además de reducir notablemente el ruido ambiental gracias a soluciones de aislamiento mecánico.