La fábrica de Pickman La Cartuja recibe un nuevo balón de oxígeno. En concurso de acreedores desde mediados de 2012, la compañía ha encontrado un comprador para reflotar esta planta centenaria de Sevilla. Se trata de la entidad Ultralta , administrada por Vicente Zamorano Montagut y Mario Vázquez Iriberri , quienes llegaron a Pickman hace casi dos años para ocuparse de la gestión.
Durante ese tiempo, en el que la compañía no cesado su actividad y ha mantenido a sus 61 trabajadores, han constatado el potencial de la marca, lo que les impulsó a hacer una oferta por la unidad productiva. Según ha podido conocer Alimarket, Ultralta ha asumido la deuda de la masa concursal, próxima a los 6,5 M€ , así como las garantías de no poder trasmitir la empresa durante los próximos ocho años, para así evitar posibles especulaciones, y mantener la plantilla . Además, existe el compromiso de incorporar a 10 o 15 de los antiguos trabajadores de la planta, que entraron en el ERE aprobado en mayo de 2013.
Por otra parte, los nuevos propietarios han proyectado invertir cerca de 1 M€ para renovar la maquinaria. Se espera incorporar una nueva esmaltadora, que multiplicará la producción; la instalación de un nuevo horno y la compra de una máquina de control numérico para hacer la fabricación de las matrices. Todo ello, piezas fundamentales para ampliar su capacidad de producción.
Según ha explicado José Hurtado, secretario general de Fitecqa en CC.OO. de Sevilla, la compañía habría mantenido su cifra de negocio en 2013, por debajo del 1,5 M€. Sólo en el primer semestre de este año es cuando se ha produjo la mejoría.
Por su parte, la compañía sevillana Pickman, propiedad del empresario malagueño Antonio José Herrezuelo desde marzo de 2011, continuará con su proceso concursal para terminar siendo liquidada. Según ha explicado los acreedores fueron consultados y dieron su visto bueno a la operación.
A la tercera va la vencida
Las dificultades de la planta sevillana vienen de largo. En el año 2011, la compañía fue adquirida por Antonio José Herrezuelo, a través de la malagueña Caney Red , después de haber firmado previamente un preacuerdo de venta con la constructora sevillana Quisemar Integral . Desde entonces, la compañía no remontó. Tan solo un año después de su compra, la dirección planteó a la plantilla medidas de ahorra ante la falta de liquidez, y cinco meses después se declaró en concurso voluntario de acreedores. Desde entonces se habló de la entrada de liquidez a través de un inversor, que podría contribuir con una participación social o por la vía de la adquisición de las unidades productivas. Finalmente, este ha sido la formula elegida para reflotar una vez más a esta fábrica centenaria.






