Básicamente, las grandes renuncias a la inversión hospitalaria en los últimos años han venido de la mano de las distintas Administraciones Públicas con responsabilidades en materia sanitaria. La reducción de sus tasas de déficit impuestas desde España y Europa ha dado al traste con un buen número de proyectos que, durante años, han adornado los programas electorales de los distintos grupos políticos. La crisis ha paralizado hasta obras hospitalarias empezadas, aunque con porcentajes de ejecución por debajo del 50% . Incluso las regiones que ya comunicaron en ejercicios anteriores su decisión de dejar en manos de la iniciativa privada sus grandes obras hospitalarias, bajo fórmulas concesionales de servicios no sanitarios, tampoco han puesto en marcha sus aparatajes burocráticos para ni tan siquiera redactar unos pliegos de condiciones que puedan motivar la inversión. Esta aparente apatía viene sin duda marcada por la marea popular, contraria a la privatización de cualquier tipo de servicio público que, de alguna manera, estaría obstaculizando la toma de decisiones en este sentido.
Eliminando obras en parón continuado desde hace años, han sobrevivido a la criba todavía 59 proyectos, en distintas fases de ejecución, que aportarán 12.249 camas al sistema sanitario, de las cuales algo más del 80% serán de titularidad pública , incluyendo las camas aportadas por las concesiones hospitalarias (todas ellas de uso público). Hay que tener en cuenta que una parte considerable de ese volumen de camas siguen procediendo de hospitales públicos concebidos para sustituir infraestructuras anteriores y obsoletas, como el hospital de Mieres o el nuevo HUCA, en Asturias.
En Galicia, la declaración en concurso necesario de la constructora Obras, Caminos y Asfaltos (OCA) ha complicado una vez más el devenir del futuro hospital de gestión pública que se construye en Vigo. La UTE adjudicataria de la concesión hospitalaria de servicios no sanitarios Novo Hospital de Vigo , en la que además de OCA, figuran las también constructoras Acciona, Puentes y Calzadas, Altair y Concessia, afronta graves problemas de financiación, pese a contar con el apoyo tácito de la Xunta. El Servizo Galego de Saúde (Sergas) plantea replicar similares fórmulas concesionales para levantar su Hospital Único de Pontevedra , en cuanto se puedan superar los dos recursos presentados contra el proceso por el Ayuntamiento de la localidad.
El gobierno castellanomanchego también explora distintas fórmulas de colaboración público-privada para, de una parte, externalizar la gestión sanitaria de cuatro de sus hospitales públicos y, de otra, rescatar el malogrado proyecto hospitalario de Toledo. Con las obras paralizadas en 2012 al 30%, la idea sería la de recuperar, recortar el proyecto y aprovechar la parte edificada, sacando a licitación las obras siguiendo un modelo parecido al utilizado en siete hospitales madrileños o en hospital mallorquín de Son Espases: la adjudicataria remataría el hospital a cambio de ocuparse de la gestión de determinados servicios.
Desde el sector privado, los nuevos proyectos de HM Hospitales y Clínica de Navarra en Madrid, las grandes reformas y actuaciones en centros en funcionamiento y algunas iniciativas en el turismo de salud parecen dar, sin embargo, un toque de color al panorama en blanco y negro que la falta de financiación está imprimiendo en el mapa hospitalario nacional.
