Tradicionalmente, la actuación de las asociaciones de familiares afectados por Alzheimer y otras demencias neurodegenerativas ha sido primordial, sobre todo tras el diagnóstico y en los primeros estadios de la enfermedad, tanto en la acogida y asesoramiento del paciente y unidad familiar como en el apoyo a la investigación de la enfermedad. Colaboran además activamente en el diseño y promoción de centros residenciales especializados, monopolizando prácticamente el volumen total de proyectos geriátricos monográficos en esta patología que se han ido desarrollando en los últimos tiempos. Entre los más destacados figuran el proyecto 'Villafal' en Paracuellos del Jarama (Madrid), promovido por Afal Futuro, a pocos meses de su apertura oficial; el de AFA Vitae en San Fernando (Cádiz) o el de AFA Castellón en La Vall d'Uixó. También han ido surgiendo nuevas iniciativas desde el sector público, desde la cesión de parcelas para proyectos privados, como en Tarazona (Zaragoza) o Estepona (Málaga), hasta alguna que otra promoción propia, como el nuevo centro de Alzheimer que la Diputación de Granada maneja levantar en Armilla.
En general, y salvo contadas excepciones, los grandes grupos geriátricos del país han optado por adaptar unidades de Alzheimer integradas en sus residencias, antes que levantar o gestionar centros monográficos en esta patología. Todos ellos persiguen un modelo bastante homogéneo y apuestan por pequeños núcleos de convivencia, organizados por nivel de dependencia, aunque cada grupo imprima de alguna manera sus detalles particulares en equipamiento, decoración, programas y terapias, etc. para distinguir su oferta asistencial.







