El grupo hospitalario Quirónsalud ha inaugurado la primera fase de construcción del nuevo bloque quirúrgico del hospital concertado madrileño Fundación Jiménez Díaz, dotado con tecnología de imagen avanzada. La nueva área quirúrgica ocupa más de 1.000 m2 y cuenta con siete salas de intervención equipadas con dos quirófanos híbridos, un quirófano comunicado con resonancia magnética intraoperatoria y cuatro quirófanos polivalentes, tres de ellos dedicados prioritariamente a intervenciones de Traumatología y uno a las urológicas. Entre otros equipamientos, Quirónsalud destaca la utilización de sistemas de panelado de vidrio, en quirófanos y pasillos, cuyo uso es muy adecuado en áreas sensibles, gracias a sus grandes superficies y a su capacidad para retroiluminarse. En 2019, Quirónsalud espera completar la segunda fase del nuevo bloque quirúrgico, con la instalación de otros tantos quirófanos.
"La nueva área quirúrgica de la Fundación Jiménez Díaz incluye dos quirófanos híbridos, es decir, con resonancia magnética de alto campo intraoperatoria" ha explicado Ana Leal, subdirectora médica del centro, "esto implica que los profesionales del centro disponen de la tecnología de imagen más avanzada, que refleja en tiempo real lo que está sucediendo en el campo quirúrgico". Entre otras, este equipamiento quirúrgico está indicado para las especialidades de Neurocirugía, Cirugía Vascular, la Cirugía Torácica, la Cirugía Ortopédica, especialmente la de columna, y la Radiología Intervencionista, a las que en el futuro se sumarán otras. Permite a los cardiólogos llevar a cabo procedimientos estructurales como el implante transcatéter valvular aórtico o TAVI; a los traumatólogos cirugías de columna con realidad aumentada; y a los cirujanos vasculares la colocación de prótesis sofisticadas en menos tiempo y mucha más seguridad.
Entre las ventajas de esta dotación tecnológica, César Aparicio, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular de la Fundación Jiménez Díaz, señala la mayor seguridad y calidad de imagen con la que se realizan muchos procedimientos, así como el menor uso de contraste que requieren y la posibilidad de realizar pruebas en la sala quirúrgica que antes debían hacerse en radiodiagnóstico. La resonancia magnética intraoperatoria concede además mayor capacidad de resección total de los tumores y menos secuelas en áreas no afectadas, recidivas y necesidad de cirugías secundarias.







