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La crisis del Covid-19 ralentiza el desarrollo de nuevos recursos de salud mental, pero favorece la implantación tecnológica

La crisis del Covid-19 ralentiza el desarrollo de nuevos recursos de salud mental, pero favorece la implantación tecnológica

La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha retrasado el desarrollo de un nuevo marco legal, prometido años atrás. Así, la esperada nueva Estrategia de Salud Mental, que se ultimaba en 2019, finalmente no vio la luz en 2020. Tras el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, evitar la entrada del virus en los centros se convirtió en la prioridad de las administraciones públicas sanitarias y operadores privados, con o sin ánimo de lucro, y la consecuencia inmediata fue el aislamiento inicial en hospitales y residencias para estos pacientes, y el cierre temporal" de los recursos sin internamiento, fundamentales para la recuperación y reinserción de las personas afectadas por esta patología, que solo después del confinamiento domiciliario comenzaron a abrirse con todas las precauciones. La situación favoreció la implantación de nuevas tecnologías para la atención a los pacientes en sus domicilios, coo la atención telefónica o la teleasistencia, que parece que han llegado para quedarse.

La crisis del Covid-19 ha desestabilizado a los pacientes psiquiátricos crónicos ya diagnosticados, pero es que además a ellos se ha ido sumando un buen número de personas (un 40% de la población ha tenido sentimientos de tristeza y ansiedad durante la pandemia, según la OMS), que han desarrollado problemas psicológicos derivados de una pandemia, que les impide el contacto físico con sus seres queridos y les ha sometido a la incertidumbre respecto al futuro económico y sanitario del país.

Según el Informe 2021 de Salud Mental en España publicado por Alimarket Sanidad y Dependencia, las administraciones públicas y las principales entidades no lucrativas, que lideran este ámbito de actividad ( Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y la Congregación de las Hermanas Hospitalarias ) y algunos operadores privados han retrasado sus inversiones. Otros, como Ita Salud Mental (recientemente adquirida por el grupo geriátrico Korian ) o Mentalia (división de salud mental del grupo geriátrico DomusVi) siguieron con sus planes de aperturas y adquisiciones y ya avanzan nuevos proyectos. También se incorporaron al sector nuevos operadores como Blue Healthcare, en Madrid, y la nueva clínica Eática en Barcelona. Peor suerte corrió Triora, que se veía abocada al concurso de acreedores.



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