Si bien hasta 2008 el consumidor inmigrante actuó como acelerador del consumo, a día de hoy ha dejado de serlo. El descenso continuado en el número de afiliados extranjeros en la Seguridad Social y la ralentización de los empadronamientos están detrás de esta tendencia, que se refleja también en la reducción del valor de las importaciones de productos de alimentación y bebidas desde los principales países de origen. Sin embargo, la distribución organizada no ha renunciado a captar a estos clientes y continúa adaptando su oferta con la integración de una nutrida cartera de productos o la presentación de módulos independientes para esta oferta.
El comportamiento del mercado de alimentación y bebidas para inmigrantes no ha sido ajeno al contexto general de la industria alimentaria nacional. Si bien hasta 2008 el consumidor inmigrante actuó como acelerador del consumo, a día de hoy ha dejado de serlo y se ha retraído en las compras. Detrás de esta tendencia hay motivos netamente socio-económicos, como que el pasado mes de febrero la Seguridad Social acumulaba ya siete meses consecutivos de pérdida de afiliados extranjeros, hasta situar el número de inmigrantes en alta en 1.769.773 ocupados, situando el porcentaje de desempleados extranjeros en el 30,4%, según datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración, o que el ritmo de crecimiento de la población extranjera en España entre 2000 y 2008, periodo durante el que se incrementó la cifra de inmigrantes empadronados en un 465%, contrasta dramáticamente con la evolución de estas cifras para los ejercicios 2009 (+8,2%) y 2010 (+1,75%).
Otros datos de utilidad para cuantificar esta tendencia los aporta el ICEX, reflejando la evolución de las importaciones de productos de alimentación y bebidas durante 2010. Los dos principales países de origen de inmigrantes en España, Rumanía y Marruecos, de los que proceden el 25% de la población extranjera, con más de 1,4 M. de empadronados, han experimentado un importante descenso en el valor de sus importaciones de bebidas y alimentos envasados durante los últimos dos años. Así, Rumanía vio como se reducían el valor de las operaciones en un 30%, mientras que Marruecos, por su parte, experimentó un deterioro en el valor de sus importaciones de algo más del 17% entre 2008 y 2010. Ecuador, el tercer origen en importancia por número de empadronados, sin embargo, registraba un repunte del valor en las transacciones del 7,3% para los dos últimos años. Este último dato contrasta con la evolución de su población, que es la única entre los tres grandes grupos de inmigrantes que descendió desde el inicio de la recesión.







