Los tres principales parámetros que influyen en los hábitos de consumo tienen que ver con la demografía, la urbanización y la digitalización, según un estudio realizado por Asedas (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados) con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de los Derechos del Consumidor.
En lo que respecta a la evolución demográfica, destaca el aumento de la esperanza de vida y el consiguiente incremento de las personas mayores, así como el mayor número de hogares con un solo miembro y unidades familiares pequeñas. El supermercado de proximidad responde a la demanda de cercanía, de productos adaptados, de precios competitivos y de servicio -como atención telefónica- que necesita el creciente grupo social de mayores de 64 años. De hecho, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), en 2016 se contabilizan 116 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. La conciencia de rechazo al desperdicio alimentario cobra también fuerza.
Supermercado de proximidad
La vida urbana (el 80% de los españoles vive en ciudades de más 10.000 habitantes) implica, por su parte, la creación de nuevas tiendas de proximidad a las que acceder sin necesidad de vehículo privado, el incremento del comercio electrónico y una oferta adaptada a una población con poco tiempo para cocinar y con un gran interés por productos saludables. Por último, el nuevo consumidor está altamente digitalizado y tiene a su disposición una gran cantidad de información, lo que incrementar los niveles de competencia y eficiencia en la cadena alimentaria.







