La gaditana Productos de Almadraba ha sido finalmente la adjudicataria de la conservera El Rey de Oros. Su oferta fue la más valorada de las dos que se presentaron en la subasta pública celebrada hace unas semanas para hacerse con la fábrica, la maquinaria y la marca ‘El Rey de Oros’. Estos activos contaban con un precio de salida de 3,52 M€ (2,04 M por la planta y 1,47 M por el resto de activos), si bien, tal y como apuntan diversas informaciones, las ofertas presentadas habrían estado por debajo de la tasación inicial.

La intención de Productos de Almadraba es trasladar su sede a las instalaciones de El Rey de Oros, ubicadas en el mismo Polígono Industrial de Barbate (Cádiz), aprovechando la mayor dimensión de éstas (disponen de una superficie construida de 5.222 m²), lo que permitirá a la compañía, en palabras de su gerente, Andrés Jordán, “seguir creciendo”, algo complicado en su nave actual por la falta de espacio existente. Además, esto, según Jordán, podría traducirse en nuevas contrataciones de personal.

Productos de Almadraba está especializada en el procesado y venta de productos a base de atún rojo y otras especies típicas de las aguas gaditanas, que comercializa tanto en fresco como en congelado o en conserva (tiene conservas de atún, ventresca, melva, caballa y sardina) y salazón (con una gama formada por atún, bonito y huevas de maruca), bajo sus enseñas ‘Gadira’ y ‘Baelo’. Esto le reportó unos ingresos en 2016, último ejercicio conocido, de 6,37 M€, frente a los 5,22 M del curso anterior, lo que representa un crecimiento del 22%.

El Rey de Oros, sin actividad desde 2013

Respecto a El Rey de Oros, como se recordará, solicitó concurso de acreedores a principios de 2016, tras diversas denuncias por estafa dirigidas al empresario Blas Fernando Gracia Abadía, que intentó hacerse con el 100% de la conservera a través de su compañía Alimentación Iniesta, a la que, en un primer momento, vinculó con el deportista Andrés Iniesta, propietario de Bodegas Iniesta en la localidad de Fuentealbilla (Albacete). La operación de compra por parte de Gracia Abadía no se llegó a formalizar, lo que propició la declaración del fallido.

Conservas El Rey de Oros había cesado actividad en 2013, ante la falta de circulante para la adquisición de materia prima y una acumulación de deuda de casi 5 M€, lo que llevó a la compañía a encontrarse en ese ejercicio en grave situación de “despatrimonialización”, según reconoció en su memoria de gestión. A esto se sumaron diversos contenciosos y reclamaciones judiciales que afectaban a la marca ‘Rey de Oros’ y que se encuentran todavía pendientes de resolver.

Hasta el inicio de los problemas económicos, Conservas El Rey de Oros venía procesando anualmente unas 600 t de pescado, principalmente, de caballa, atún, melva, caballitas, sardinas y sardinillas, con las que elaboraba conservas destinadas principalmente al mercado interior, y que le reportaron unos ingresos en 2011 de 2,7 M€, su techo de facturación.