El sector de supermercados sigue lidiando con grandes cambios y enormes desafíos en un contexto inflacionista sin precedentes, que ha impactado en el margen comercial de los operadores y ha hecho mella en el bolsillo de los consumidores. Esta situación, también ha modificando sus hábitos de consumo, hacia cestas más pequeñas y compras más racionales, siendo más proclive a la MDD para compensar el gasto. Todo ello plantea un nuevo escenario competitivo, donde se recrudece la batalla por el precio y maximizar el rendimiento comercial se torna clave.
