Alimarket: ¿Cómo definiría el momento actual de mercado de piensos compuestos en España?

Jorge de Saja: El sector arrastra un problema estructural: el excesivo número de operadores (cerca de 800). Francia, con un nivel de producción similar, tiene poco más de 300 fabricantes y Holanda, con un modelo bastante similar al español aunque con menor producción, tiene unos 170. Este número tan elevado de operadores es consecuencia de tres razones: históricas (hubo un tiempo que había negocio para todos), por la propia estructura ganadera en España (muy dispersa que necesita muchos operadores para seguirla), y, por último, muchos de los operadores están fabricando en instalaciones amortizadas hace mucho tiempo, además requieren poca mano de obra (una media de 20 trabajadores), con lo que los costes de producción son muy pequeños y además son dinamizadores del entorno rural donde se encuadran. Por otro lado, muchas están ligadas a una actividad ganadera, por lo que se mantienen aunque ya no sean rentables. Sin embargo, en el contexto actual de volatilidad del mercado de materias primas (el 60% de los costes de explotación), los operadores más pequeños, especialmente ganaderos que tenían una pequeña producción de piensos para autoconsumo, están abandonando esta producción. Si continúan su actividad ganadera, compran en el mercado libre o se integra en una organización ganadera con su propia fábrica de piensos. Esta situación puede ser la que finalmente reestructure el sector y palíe, a la fuerza, el problema de sobredimensión y se obtengan unos niveles de rentabilidad y de capacidad productiva óptimos.

A.: ¿Cuál sería ese volumen óptimo?

J.S.: Al estar muy vinculada a la ganadería, la producción ganadera que se va a tener cuando termine esta crisis, condicionará el volumen de piensos. Nosotros ya empezamos a vislumbrar una ligera recuperación de la cabaña, muy desigual según las especies, y siempre inferior a la que había en 2007-08 (años récord) y que se acerca a los niveles óptimos de producción. Y la de piensos seguirá esta senda de redimensionamiento de la ganadería. En 2010, todos los tipos de pienso han perdido producción: el de porcino ha caído un 4-5%; el bovino, que tuvo un primer semestre muy malo, se ha ido recuperando y ha descendido un 2% y la avicultura se ha mantenido. En general, el 2010 tuvo una reducción media del 3%-4%, hasta algo menos de las 20 Mt, aunque menor a la que se produjo en 2009. Y el 2011, creemos que se van a repetir las cifras de 2010. Por especies, es posible que haya una ligera recuperación del ganado porcino (está mejorando su precio) y un mayor descenso en avicultura. Por ello, no esperamos grandes alegrías y las oportunidades dentro del sector van a venir de aquellos operadores que logren ganar la cuota que dejan los que cesen actividad. Mientras, se está tratando de optimizar costes y mejorar el aprovisionamiento de materias primas. En términos de producción la foto no sale mal. Los problemas vienen por el lado de los márgenes y de la financiación, tanto del fabricante de piensos como de sus clientes.

A. En este proceso, ¿se esperan más operaciones de compra-venta?

J.S.: No esperamos en 2011 más operaciones de concentración en el mercado libre, porque no hay capacidad financiera para ello. Aunque sí va a crecer la concentración en la integraciones. Todo dependerá del número de operadores que desaparezcan.

A.: ¿Cuál cree que será el comportamiento de los precios de las materias primas?

J.S.: Se espera que bajen de cara al segundo semestre de 2011, en función de las expectativas de buenas cosechas en algunos países. Sin embargo, existe un problema estructural entre la oferta y la demanda, ya que tanto en 2010, 2011 y previsiblemente 2012, es muy ajustada, ya que la demanda mundial es creciente y a corto plazo no se puede elevar la oferta al mismo ritmo. El otro condicionante del precio es la especulación, que también tiene sus ciclos y creemos que cambiará en los próximos meses. Por ello, creemos que en algún momento del año comiencen a bajar los precios de las materias primas. El año 2010, en conjunto, no fue tan malo porque el primer semestre el precio fue bajo.

A.: ¿Qué medidas a corto-medio plazo debería tomar las instituciones españolas y europeas para paliar estos precios?

J.S.: A corto plazo, no hay muchas soluciones, dado la vertiente especulativa de la situación. Por parte de las instituciones europeas se están tomando algunas medidas encaminadas a aumentar la oferta (liberación de stocks de cereales, bajadas de aranceles, etc.). Queda poco margen, pero alguno queda, sobre todo en medidas arancelarias. Igualmente, Cesfac apoya cualquier mecanismo que dé mayor transparencia al mercado y abogamos por relaciones comerciales más estables, para paliar esta especulación, siempre desde el respeto al libremercado.

A.: ¿Y a medio-largo plazo?

J.S.: A medio-largo plazo está la reforma de la PAC de 2013, que debería revisar los volúmenes de producción de la ganadería y de las materias primas de alimentación animal, que ahora están muy por debajo de su potencial. Actualmente, dependemos excesivamente de las importaciones. La otra limitación es el modelo productivo, con muchas autolimitaciones legales que nos han hecho menos competitivos que otros países, sin que se hayan establecido mecanismos de reciprocidad a nuestros competidores. Es el momento de replantearse el modelo: o aumentamos su competitividad o conseguimos la reciprocidad de nuestros competidores internacionales. Hay muchos temas sobre la mesa, en la que se incluyen los OGMs (organismos genéticamente modificados [transgénicos]) o las tarifas arancelarias. Hay que tener en cuenta que más del 90% de las materias primas que se usan en los piensos tienen origen transgénico (soja. maíz, etc.), por ello no entendemos la rigidez de la normativa europea para el uso de OGMs. Ahora, la UE está trabajando en acabar con las limitaciones administrativas para la importación de algunos de estos productos, como algunas sojas del Cono Sur, siempre que hayan pasado los controles científicos. Y este problema de disincronía productiva con el resto del mundo es el mayor al que se enfrenta la industria de alimentación animal europea, más aún que los precios.