El sector inmobiliario residencial lleva años funcionando de la misma manera. El último paso hacia la digitalización lo protagonizaron los portales inmobiliarios cambiando la forma en la que se comercializaban las viviendas. Hoy, la inmobiliaria digital vuelve a cuestionar el modelo tradicional.

Tras décadas sin cambios, los portales inmobiliarios nacieron en el 2000 para poner patas arriba un sector tradicionalmente analógico. Estos portales facilitaron el acceso a la información de todos los vendedores y compradores de vivienda de España. En la actualidad, pocas inmobiliarias se permiten el lujo de no publicar sus inmuebles en venta en alguno de estos portales.

Sin embargo, los orígenes de los portales inmobiliarios se remontan a los anuncios clasificados de los periódicos locales, donde se publicaban aquellas viviendas en venta y los compradores señalaban a lápiz para después llamar. Actualmente más del 90% de los compradores de vivienda comienza su búsqueda en internet.

Si visitamos por un momento otros países de Europa como el Reino Unido, los Países Nórdicos, Alemania u Holanda nos daremos cuenta de que, salvando las diferencias, el sector inmobiliario allí está mucho más digitalizado. Sin ir más lejos, en Inglaterra el modelo de inmobiliaria digital lleva funcionando más de seis años, doblando su cuota de mercado cada ejercicio y haciendo replantear la forma de hacer las cosas a las grandes inmobiliarias tradicionales del país como Foxtons o Countrywide. Emoov o Purplebricks son solo algunos ejemplos de las más de 20 inmobiliarias digitales que operan allí, empresas que utilizan la tecnología para ofrecer un servicio completo de inmobiliaria, sin cobrar comisión. Quizá el ejemplo más relevante sea Purplebricks, una empresa cotizada en el mercado alternativo de Londres (AIM), que dobló su cartera de propiedades este último año, pasando de 5.000 viviendas en venta a casi 10.000. La compañía, fundada en 2014, tiene una capitalización bursátil de 515 millones de libras a día de hoy.

Comisiones desorbitadas

Bajo el funcionamiento de la inmobiliaria tradicional, al cobrar su comisión sobre el precio final de venta los intereses de la agencia no siempre se encuentran alineados con los del vendedor. Teniendo en cuenta que en nuestro país podemos llegar a pagar más de un 6% por tramitar este tipo de gestiones, más de uno ya ha decidido vender él mismo su casa en internet bajo el nuevo modelo de inmobiliaria digital. Dichas comisiones desorbitadas junto a la falta de transparencia y en muchas ocasiones las técnicas agresivas de venta de las inmobiliarias de siempre han propiciado el paso hacia la venta online. En el modelo digital, el mismo usuario es quien pone en venta su propiedad para ahorrase dinero y no tener que pasar por la inmobiliaria tradicional.

En definitiva, el modelo de inmobiliaria digital ha llegado a España para quedarse, y ahorrar miles de euros en comisiones por el camino. Y pronto, como nos cuenta la experiencia en el Reino Unido, pelear su cuota de mercado respecto a la inmobiliaria tradicional.

Ignacio González, co-fundador de Cliventa.com