La rehabilitación y la reforma son en estos momentos dos salidas clave para el sector de la madera porque es la hora de adoptar medidas que mitiguen las consecuencias derivadas de la crisis de la construcción. En ese sentido, la reducción del IVA para obras de mejora en las viviendas (al 8% con la subida desde el 1 de julio), la ampliación del concepto de rehabilitación estructural a efectos del IVA o la deducción en el IRPF por obras de mejora de la vivienda habitual, todas ellas de aplicación en los ejercicios 2010, 2011 y 2012, recientemente aprobadas por el Gobierno son medidas, -aunque todavía insuficientes-, que van en la línea de favorecer el empleo en el sector que más está sufriendo, el de la construcción residencial, y de este modo en el resto de sectores relacionados con esta industria, y por ende en la economía en general.
Hay que tener en cuenta que más de la mitad del parque inmobiliario en España tiene una antigüedad superior a los 30 años, así que hay mucho por hacer y movilizando la rehabilitación se conseguirá activar muchos sectores implicados para los que la construcción ejercía un efecto arrastre fundamental.
Dichas medidas, junto con otras como la Línea ICO para Particulares que permitirá a los ciudadanos acceder a créditos para acometer reformas en sus hogares, servirán para empezar a movilizar a sectores industriales, como el de la madera, que están sufriendo, con importantes caídas en el empleo, número de empresas y cifra de negocio, las consecuencias de la crisis económica.
Es importante destacar que fomentando la rehabilitación y la reforma, además de ayudar a poner en buen uso y valor un parque inmobiliario que en algunos casos está muy deteriorado, se crea empleo, se minimizan las emisiones de CO2, se genera un menor impacto sobre el medio ambiente, se reducen los costes de creación de suelo, y nos acercaremos al resto de Europa, donde la reforma y rehabilitación son prácticas habituales.
Y en este escenario, la madera es un material que ofrece importantes prestaciones en construcción y desde la aprobación del Código Técnico de Edificación (CTE) se ha equiparado al resto de materiales estructurales. Por otra parte, desde el punto de vista del interiorismo y la decoración, las aplicaciones de la madera son múltiples y muy variadas (suelos, ventanas, revestimientos, puertas, etc.) y se adapta a todos los estilos por su variedad de texturas, formas y colores. Además, el uso de la madera en construcción contribuye a mitigar los efectos del cambio climático, ya que es el único material que en su formación absorbe dióxido de carbono de la atmósfera, y en su transformación, transporte e instalación consume cantidades mínimas de energía. Sin olvidar que los productos de madera almacenan ese carbono durante toda su vida útil.
Francesc de Paula, secretario general de Confemadera y Federmueble
