
Como es de sobra conocido, la relación entre los sectores de termoformado y termosellado es muy estrecha, tanto por el tipo de producto que emplea este sistema (alimentos procesados de alguna manera que van ubicados en lineales específicos) como por el alto nivel tecnológico que es demandado. La principal diferencia entre ambos segmentos es que el termosellado está más vinculado al campo de los productos frescos (carnes, pescados o verduras), un mercado que se ha resentido bastante menos con el efecto de las crisis que los alimentos preparados y congelados, terreno en el que se desenvuelve mejor el termoformado.
La estrecha relación entre las dos tecnologías queda patente con el hecho de que, salvo algunas diferencias, prácticamente se repiten las mismas empresas en uno y otro ranking. De nuevo las necesidades de inversión tecnológica son la principal causa de que este mercado esté sobre todo reservado para grandes grupos, en su mayor parte multinacionales en perjuicio de las firmas locales, que van perdiendo poco a poco su posición. A pesar de la madurez de este segmento, existe un interés creciente en todo lo que tiene que ver con la atmósfera modificada y el alargamiento de la vida media de los productos para superar las limitaciones actuales en cuanto a la fecha de caducidad.