El Instituto Catalán del Corcho (Icsuro) y la Asocición de Empresarios Corcheros de Catalunya (Aecork) han aprovechado el escenario que ofrece Alimentaria para hacer públicos los resultados del estudio sobre la huella de carbono del sector corchero nacional.
Según la investigación realizada junto a la Universidad Autónoma de Barcelona, un tapón de corcho contribuye a fijar 234 g de CO2, por lo que las bodegas que empleen tapones de corcho podrán reducir entre un 18% y un 40% las emisiones de CO2 generadas por sus productos.
Por otro lado, se han dado a conocer también los frutos del proyecto de elaboración de una herramienta para la validación de la huella de carbono individual generada por cada empresa. El Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental (Icta) de la Universidad Autónoma de Barcelona y Aecork han dado a conocer una nueva calculadora que permitirá medir las emisiones de CO2, así como un sistema de acreditación del volumen de emisiones realizadas. Este proyecto, que ha venido realizándose en los últimos cuatro años, ha contado con un presupuesto de 27 M€ y ha sido liderado por Bodegas Torres. Además, han participado otras 27 empresas del sector, 31 grupos multidisciplinarios y 5 centros tecnológicos.
Certificado Systecode para siete empresas del sector
Por otro lado, también aprovechando la celebración de Alimentaria, Bureau Veritas Certification ha hecho entrega a siete compañías del sector corchero nacional del certificado de calidad Systecode, que responde a una auditoría de buenas prácticas durante todo el proceso de transformación del corcho, desde su extracción hasta el consumidor final.
Las compañías Trefinos, Gruart La Mancha, M.A. Silva y Garzón, J. Vigas, Ebrocork, Eurocork Almendral y Francisco Oller han sido las beneficiarias de esta distinción que viene otorgando Bureau Veritas desde 2001.
