El futuro tramo de red ferroviaria entre León y Asturias, conocido como la variante de Pajares, está un paso más cerca de iniciar actividad. Adif ha comunicado el inicio de las pruebas de fiabilidad con trenes de mercancías el primer día de septiembre, dentro de la fase iniciada esa misma semana con maquinaria para viajeros.
El primer convoy de mercancías que ha transitado por esta variante cargaba 810 t de productos siderúrgicos con un total de 12 vagones. El tren ha realizado el trayecto entre Pola de Lena (Asturias) y la bifurcación Pajares de la variante (en tierras leonesas) en 42 minutos. El paso habitual por la rampa de Pajares -para la que se está construyendo esta alternativa- se alarga hasta las dos horas.
La variante de Pajares forma parte del Corredor Atlántico, infraestructura intermodal en la cual el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) tiene previsto invertir más de 16.000 M€ en los próximos ejercicios, con un presupuesto total estimado que supera los 49.000 M€. En el caso de la variante de Pajares, el proyecto contempla una inversión de 4.000 M€ para un trazado de unos 50 km que salvan el paso bajo la Cordillera Cantábrica y el desnivel entre las provincias citadas.
Casi 20 años para el primer recorrido de la variante de Pajares
Este tramo de red ferroviaria lleva 20 años desde que se licitara el proyecto de obras (en 2003), si bien los trabajos se iniciaron al año siguiente. Las últimas informaciones oficiales enmarcaban su puesta en marcha en noviembre de 2023, según las declaraciones del secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, en mayo de este mismo año. No obstante, tras la finalización de las pruebas de fiabilidad quedaría redactar el informe pertinente, la fase de simulacros de evacuación y la formación de maquinistas. Completadas todas ellas, se trasladará la documentación a la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria para su valoración y la autorización de la puesta en explotación.
Desde Adif hacen hincapié en que la variante de Pajares "representa un reto sin precedentes de ingeniería y construcción" con una "enorme complejidad técnica", debido a las características del terreno por el que transita. El 80% del trayecto se realiza por túneles, atraviesa 40 formaciones geológicas diferentes y, además, es una línea de tráfico mixto que aúna los parámetros de alta velocidad y de trenes de mercancías, tanto en ancho estándar como ibérico. Ello ha llevado a las compañías de transporte ferroviario a buscar material rodante apto para este tramo, como en el caso de Renfe Mercancías.
Esta infraestructura reduce en 37 km el trazado actual de la rampa de Pajares, cuenta con una menor pendiente y menor altura geográfica, lo que reduce su exposición a las posibles inclemencias de los meses de invierno. Está dotada del sistema de protección europeo ERTMS nivel 2, una línea aérea de contacto a 25 kV y una doble línea de alta tensión a 20 kV para la alimentación de instalaciones de seguridad independiente de la catenaria. Además, cuenta con túneles bitubo en los de mayor longitud -que facilitan la evacuación de emergencia- y otros sistemas de protección civil, entre ellos más de 200 ventiladores de chorro para el control de humos en caso de fuego.
