Un cambio cultural en marcha
La primera transformación es cultural. Durante años, la digitalización se veía con recelo, ya que se temía que las máquinas sustituyeran la cercanía del médico de familia y que la brecha digital dejara atrás a los más mayores o a quienes no manejan bien la tecnología. La pandemia ayudó a romper muchos de esos prejuicios.
Las TIC demostraron que podían humanizar la asistencia: permitieron a los profesionales atender sin exponerse al contagio; ofrecieron acompañamiento virtual a familiares aislados; e hicieron posible despedidas dignas en los peores momentos. Además, se puso de manifiesto que la brecha digital es un problema real, pero no insalvable, ya que puede mitigarse con apoyos familiares, comunitarios o profesionales.
El cambio cultural ya está en marcha. Pero para consolidarlo es imprescindible reforzar la alfabetización digital, tanto de ciudadanos como de profesionales sanitarios, y transmitir un mensaje claro: la digitalización no sustituye ni elimina servicios, los mejora y amplía.







