Más allá de la tecnología: innovación organizativa
Las herramientas tecnológicas existen y están maduras. Hay dispositivos de monitorización remota, inteligencia artificial aplicada a la predicción de enfermedades, historia clínica electrónica compartida, plataformas de telemedicina, etc. El problema ya no es la falta de tecnología, sino cómo organizar los servicios para aprovecharla al máximo.La gestión del cambio debe centrarse en la innovación organizativa. No basta con informatizar lo que ya hacemos, sino que hay que rediseñar procesos, coordinar niveles asistenciales y adaptar el modelo territorial a la realidad digital. Pasar de un sistema reactivo (que actúa cuando el paciente ya está enfermo) a uno proactivo y predictivo, capaz de anticiparse a las complicaciones, detectar riesgos y planificar mejor la demanda asistencial.
Este cambio organizativo permitirá, por ejemplo, potenciar la prevención de la enfermedad, abordar la cronicidad mejorando la calidad de vida de estos pacientes crónicos. reducir las consultas de seguimiento innecesarias y liberar las urgencias de patologías banales.
En este contexto, para que la transformación digital sea efectiva, es necesario abrir cuatro debates estratégicos que afectan directamente a la organización del sistema. En primer lugar, el territorio ya no puede ser una barrera. Hoy los servicios sanitarios regionales se organizan en demarcaciones geográficas que condicionan la atención. Con la salud digital, cualquier recurso de la red puede atender a cualquier ciudadano, sin importar dónde viva. Esto mejora la equidad y permite balancear cargas entre profesionales.
En segundo lugar, es necesario profesionalizar la gestión. La figura del directivo sanitario necesita evolucionar y no puede depender de nombramientos políticos, sino de una carrera profesional regulada, con formación específica en gestión, liderazgo y competencias digitales. Igualmente, es imprescindible repensar las especialidades, ya que el desarrollo tecnológico cuestiona el concepto clásico de especialidad hospitalaria. Surgen nuevas formas de organizarse, como unidades monográficas virtuales accesibles a todo el territorio, y equipos multidisciplinares en los que participan perfiles profesionales diversos.
Para teminar, hay que abordar el debate de la Integración sociosanitaria. Los cuidados sanitarios y sociales deben dejar de ser compartimentos estancos y la atención integrada, con coordinación real y presupuestos comunes, es clave para abordar la cronicidad y para optimizar recursos.







