
Según las estimaciones realizadas por Alimarket sobre la base de los datos obtenidos tras la consulta a los principales operadores, el mercado español de kombucha rondaría los 22 M€ de ventas en valor para un volumen que se situaría en torno a los 2,9 Ml comercializados de bebida de té fermentada. Tras la auténtica revolución que supuso su llegada al mercado para competir en el ámbito de las bebidas refrescantes, el consumo continuaría creciendo, si bien no al ritmo a triple dígito con el que debutó años atrás. En los últimos meses, seguimos asistiendo a la progresiva implantación de la categoría en gran distribución y, a día de hoy, podría decirse que buena parte de las principales cadenas cuentan ya con kombucha en sus lineales, localizada en la zona de productos bio y/o en la zona de refrescos y zumos. Esta es, precisamente, una de las principales reivindicaciones del sector, que subraya la necesidad de identificar la ubicación idónea para la categoría dentro de los planogramas de los diferentes retailers con una inclinación hacia el lineal de refrescos y, más concretamente, próxima a bebidas de té.
Así las cosas, y pese a que su relativamente reciente irrupción en los lineales españoles habría conseguido un mayor acercamiento del consumidor, el escaso conocimiento del producto y sus beneficios, la ambigüedad dentro del mercado por falta de regulación y la barrera de entrada por sabor y su elevado precio con respecto a otras alternativas provocan que la tasa de nuevos consumidores sea baja. Todo ello en un contexto en el que las materias primas continúan incrementándose, alrededor del 8% en producto terminado, según fuentes del sector, fundamentalmente por el alza en el coste del vidrio, el incremento del transporte en frío, así como la subida en las tasas de reciclaje.