Actualmente, las cadenas de distribución alimentaria se sirven de una gran variedad de Terminales de Punto de Venta (TPV’s) para el ejercicio de su actividad diaria, ya sean pantallas táctiles, terminales integrados, móviles, dispositivos para almacén o modelos de sistemas de pago. Para satisfacer las necesidades del mercado, en general, la apuesta de los principales proveedores sectoriales va hacia la mejora de la fiabilidad de sus aparatos o los sistemas de movilidad hasta la reducción de su consumo energético o los ajustes en precio, todo ello encaminado a aumentar el rendimiento de sus equipos con el fin de disminuir el Costo Total de Propiedad (TCO) al que tienen que enfrentarse sus clientes.
Así, en los últimos tiempos estos aparatos también han incorporado una multitud de opciones de escalabilidad que permiten al retailer adecuar sus equipos en función de sus necesidades futuras sin la necesidad de tener que realizar un gasto excesivo en el presente. Por otro lado, también el cambio de los modelos de negocio de los retailers y sus nuevas formas de relación con el cliente, propulsadas por el cambio tecnológico y digital, han centrado las inversiones de los fabricantes en mejorar la interacción de los terminales con los dispositivos móviles así como en el desarrollo de nuevos medios de pago sin contacto.






