Las bebidas vegetales se enfrentan a un nuevo caso de riesgo político en Países Bajos. La noticia parte del anuncio del gobierno del país de aumentar el impuesto al consumo de refrescos en un 196% a partir de 2024, con lo que pasaría de 9 a 26 céntimos por litro, e impacta de lleno sobre el sector de bebidas vegetales porque el grueso de esta categoría está clasificada como refrescos en Países Bajos. Sólo escapan a esta categorización las referencias de soja y guisante, atendiendo al argumento de que el contenido de proteína en estas variedades es comparable al de la leche de vaca. Así, las referencias de avena, mayoritaria en el mercado, almendras, arroz o coco, entre otras, verán incrementada su carga impositiva, mientras la leche de vaca, su competidora natural en el mercado, continúa exenta, ya que se considera saludable, y una "necesidad básica".
Ante la polémica desatada por esta medida, desde el gobierno holandés se argumenta que las alternativas a la leche no se han investigado lo suficiente como para determinar su impacto en la salud, ya que contienen "otros ingredientes", concluyendo que el problema de este tipo de productos podría ser su bajo contenido en proteínas. Más allá de estas explicaciones recogidas por diferentes medios locales, el Ministerio de Salud holandés ha declarado que está analizando nuevamente las categorías afectadas por esta medida, para ver si es necesario realizar cambios, afirmando que el punto de partida son las bebidas sin alcohol y su contenido en azúcar.
En 2022, Países bajos se situaba como el sexto mercado más grande de Europa para la oferta plant-based, con un valor de mercado de 411,4 M€, y como uno de los países europeos con tasas de consumo per cápita más altas. La categoría de bebidas vegetales genera en este mercado un valor de 106,2 M€, con un crecimiento del 3% respecto a 2021, mientras en volumen su evolución cedía un 0,5%.
En España, el gravamen de las bebidas vegetales también es un tema recurrente en el sector plant-based, y una de sus reivindicaciones más tradicionales. De hecho, el IVA de la bebida vegetal es del 10%, frente al 4% de la leche de consumo. Esta diferencia competitiva se volvía a poner sobre la mesa el pasado mes de octubre en la presentación oficial de la Asociación de Productores de Alimentos y Bebidas Plant-Based en España (‘Vegetales’), cuando se pedía "competir en igualdad de condiciones con todos los productos que presentan un perfil nutricional similar a esta categoría de producto en lo que respecta a las cargas fiscales de las bebidas vegetales".
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