Mientras los agricultores franceses y algunos de sus miembros del gobierno han apuntado a España como competencia desleal, el sector hortofrutícola en España alza la voz para defender un modelo productivo de buenas prácticas y productos de gran calidad y seguridad. Precisamente, en los próximos días las empresas productoras y comercializadoras se reunirán en Berlín en la feria sectorial Fruit Logistica, en la que podrán explicar ¿qué hace tan interesante elegir empresas españolas como proveedores preferentes en Europa?
Según se recoge en el Informe Especial Alimarket 2024 de la Exportación hortofrutícola, la producción sostenible, la calidad de los productos, la diversidad, el servicio, etc., son algunos de los factores que destacan las empresas y que sitúan a las compañías españolas como socios fiables y de confianza, tanto en materia de suministro como de seguridad alimentaria, cumpliendo con todos los controles fitosanitarios y los altos estándares de calidad. Además, en los últimos años estamos asistiendo a una acelerada profesionalización del sector y a su tecnificación, dando como resultado una agricultura avanzada, de precisión y predicción, que también pone el foco en las prácticas de cultivo protectoras con el medioambiente, como es el caso del ecológico o de residuo cero. “En España hemos de seguir apostando por el campo porque nos aporta un valor diferencial que no está al alcance de todos los países”, comenta Miguel Abril, director comercial de Anecoop. De ahí la constante innovación a la hora de aportar nuevas especialidades al mercado “que den respuesta a las necesidades del consumidor”, apunta Mari Carmen del Rey, directora de marketing de CASI.
España tiene un papel relevante como productor de frutas y hortalizas a nivel mundial, sin embargo la contracción de la oferta, debido a las consecuencias climáticas sufridas en España, una demanda afectada por la elevada inflación y el menor poder adquisitivo del consumidor europeo han llevado a la disminución de la comercialización exterior de las frutas y hortalizas españolas en el último año. Según estimaciones de Fepex, basados en datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, el valor de la exportación española en 2023 habría crecido un 5% respecto a 2022, situando la cifra entre los 16.600 y 16.800 M€, mientras que el volumen habría caído ligeramente y se situaría en los 12 M t.
Alemania, Francia y Reino Unido son los principales mercados a los que se destina la producción, más del 50% del total, y es que España es el primer proveedor de frutas en Europa, con productos, como lo cítricos, muy demandados. Pese al gran peso que tienen estos mercados, el sector apunta a llegar nuevos mercados y clientes, de ahí la importancia de acudir a Fruit Logistica para demostrar el potencial que tiene nuestro campo. En los últimos años el sector español se ha convertido en un referente de innovación, valor, tecnología, sostenibilidad y de producción ecológica. Estos y otros datos se recogen en el informe especial del sector hortofrutícola 2023.
El campo alza la voz
Frente a la posición de liderazgo de España como proveedor de frutas y hortalizas, existe un profundo malestar por parte de los agricultores españoles que les ha llevado a movilizarse, cortando accesos y carreteras en distintas provincias españolas. Si bien las principales organizaciones agrarias profesionales (Asaja, COAG y UPA) mantuvieron un encuentro con el Ministro Luis Planas el pasado 2 de febrero, en el que se acordaron cambios en relación a la simplificación burocrática, a los ajustes técnicos de la PAC y las adaptaciones a los seguros agrarios, no ha sido suficiente para cancelar el calendario de movilizaciones que han dibujado para las próximas semanas, y que se extenderá hasta finales de mes. En paralelo, otras asociaciones, cooperativas y grupos de agricultores también están organizando cortes y tractoradas en diferentes accesos por carretera.
A las reivindicaciones ya mencionadas se suman la preocupación y las medidas a tratar para solventar los efectos de la sequía, la competencia desleal de países extracomunitarios, el incremento de los costes de producción desde la pandemia y rebajar los requisitos medioambientales.
