Coincidiendo con un momento de protestas que evidencian el descontento dentro del sector agrario, se han presentado los resultados del informe 'Tendencias de consumo de frutas y hortalizas en España', elaborado por la consultora GfK, y financiado por la Unión Europea.

Se trata de una iniciativa de ‘Plátano de Canarias’, marca gestionada por la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), que ha querido con esto acercarse un poco más a la realidad que define el consumo de frutas y verduras en los hogares españoles.

Las conclusiones evidencian que "tenemos un problema", ha declarado Sergio Cáceres, gerente y director de Marketing y Comunicación de Asprocan, en referencia a la caída en el consumo de estos productos. Concretamente, en la última década, ese descenso ha estado por encima del 20%, a excepción del período de la pandemia, “en el que todos fuimos muy conscientes de que teníamos que cuidarnos. Entonces, vimos un pico que nos duró un año”, ha comentado Cáceres en su intervención.

Y en este sentido ha señalado: “como productores de fruta, se nos está haciendo un poco tarde. Y creo que estos días están siendo un claro ejemplo. Se habla de muchas condiciones de actualidad y no se habla de un problema de fondo y es que nos consumen menos”.

Atendiendo a los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de frutas en España no ha dejado de caer desde el año 2014 hasta la actualidad. La reducción supuso una caída del 18,7% hasta 2022, pasando de los 4.593 k al año a 3.731 k anuales. Además, en los primeros ocho meses de 2023, se registró una merma de más del 2,3% en el consumo de frutas en relación al mismo periodo del año anterior.

En ese mismo período, desde 2014, el gasto en frutas y verduras se ha incrementado en un 18%. “Probablemente, tengamos la sensación de que nos cuidamos más porque gastamos más en esos productos, pero consumimos menos. Y eso forma parte, seguramente, de todo este sistema que estos días se está poniendo en tela de juicio y que no es sostenible”, añade.

Hay sustitutivos de la fruta, como los lácteos, que se han consolidado, gracias a las campañas de comunicación y publicidad, especialmente, entre los más jóvenes. Y Cáceres ha puesto un ejemplo: “la fruta se está vendiendo a euro el kilo y la palmera de chocolate por unidades, cuando el euro/kilo de una palmera supera los 9 €". De ahí, la importancia de crear conciencia, comunicar y divulgar, porque, de lo contrario, estaremos desaprovechando, advierte, "la importancia de un sector nacional que destaca por su buena fruta, buena producción, calidad, sabor, etc".

¿Es coherente el consumidor español?

El estudio demuestra que existe un desfase entre el conocimiento que el consumidor declara tener acerca de la importancia de la fruta y la verdura en su calidad de vida y la práctica real.

Más allá del precio -que en este estudio lidera la lista de motivos por los que los encuestados dijeron no consumir esas cinco piezas recomendadas al día-, Carlos Mínguez, representante de GfK, pone el acento en el factor convenience y concede al anterior, un valor coyuntural, ya que en años anteriores ocupaba el tercer puesto.

La conveniencia, sin embargo, alude a una situación de "falta de tiempo, a un problema de logística, porque a diferencia de otros productos que abrimos y ya están listo para su consumo, en la fruta está el tema el mantenimiento, su vida útil. Nos cuesta más ir al supermercado, comprar fruta, pelarla y trocearla para su consumo", apunta Mínguez.

Esto explica que, según los datos del informe extraídos de más de 2.000 entrevistas realizadas en hogares españoles con hijos de hasta 12 años, a pesar de que un 87,6% de los encuestados conozca los beneficios y recomendaciones sobre su consumo, solo la mitad de ellos (38,7%) siguen esa recomendación. "Pero peor es el porcentaje de hogares con menores que realmente sigue este hábito saludable, ya que cae casi seis puntos, hasta el 32,9%, el número de hogares que asegura ponerlo en práctica", recoge el informe.

Por edades, tan solo el 25,3% de los jóvenes de menos de 30 años considera que comer una dieta saludable es un hábito importante para cuidarse, lo que supone casi la mitad que los adultos a partir de 45 años, que se erige como el grupo de edad más partidario de llevar una alimentación equilibrada y variada (un 48,4%).

Mientras, las mujeres dan más trascendencia a mantener una alimentación equilibrada que los hombres (44,5% frente a 32,8%). No obstante, en ambos casos se ‘olvidan’ los buenos propósitos cuando llegan a la mesa, señala el estudio. La diferencia es más acusada en el caso de las mujeres. Mientras un 44,5% de ellas asegura que comer de manera equilibrada es importante para cuidarse, sólo el 36,2% lo hace en realidad. Ellos, por su parte, dan más importancia que las mujeres al ejercicio físico como forma de cuidarse (16,7% frente a 9,7%) y también llevan más a cabo este hábito.

El estudio concluye que este problema supone una reducción de 2,6 años en la esperanza de vida de la población, es responsable del 9,7% del gasto sanitario y reduce la productividad laboral en el equivalente a 479.000 jornadas laborales anuales, lo que en conjunto representa una reducción del PIB del 2,9%.

El evento contó con la intervención también de Emilia Gómez, experta en Nutrición y Salud; y Álvaro Fernández, divulgador de Nutrición y Salud en TikTok.