En 2017, James Dyson confirmaba que su compañía estaba trabajando en un coche de batería eléctrica que se lanzaría en 2020. Esta semana, el empresario anunció el cierre de esta división. ¿Qué ha pasado en este tiempo? En el origen Dyson partía de un 2017 con cifra de negocio récord de 3.900 M€ después de registrar un crecimiento del 35% en relación a las ventas de 2.890 M€ de 2016. Y en dicho año ya incrementó su facturación en un 45% sobre el 2015. Estos buenos resultados le permitían seguir invirtiendo masivamente en I+D, particularmente en el negocio de baterías y su futuro coche eléctrico. En 2018 Dyson tenía las miras puestas en las baterías a las que destinó 2.000 M.USD para concebir un coche eléctrico después de repensar, rediseñar y revisar los que ya existen para ofrecer un producto mejor y más tecnológico. Estas cifras se unen a los 7 M.GBP que invertía cada semana en 2018 (6 M.GBP en 2017). Entonces Dyson ya avisaba de que debido a que la industria automovilística es extremadamente competitiva, no va a compartir ningún detalle de las características y funciones del vehículo hasta que se acerque la fecha de lanzamiento. Precisamente en 2017 inauguró un nuevo Centro Tecnológico en Singapur con el fin de aumentar su capacidad de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. En estas instalaciones se desarrolla la tecnología para la cartera de productos Dyson y sus proyectos se dividieron en diferentes áreas: motores, software, electrónica, robótica, sensores, navegación y cuidado personal.

En 2018 la facturación de la compañía Dyson creció un 28% hasta los 5.000 M€. En dicho año destinó 2.600 M$ para comenzar a construir coches eléctricos, y convirtió un antiguo aeródromo en un sitio de pruebas de vehículos. El centro tecnológico del antiguo Hullavington Airfield en Inglaterra acogía la inversión del fabricante británico y al equipo de desarrollo automotriz. A diferencia de los fabricantes de automóviles que usan tecnología establecida de baterías de iones de litio, Dyson usará baterías de estado sólido que, según dice, son más pequeñas y eficientes. Y es que en enero de 2019 James Dyson afirmaba que "continuaremos desarrollando las tecnologías clave que nos permitan crear nuestros futuros productos. Además, nuestro negocio de automóvil progresa rápidamente y Dyson seguirá invirtiendo en las tecnologías que definirán nuestro futuro". En medio de estas afirmaciones se conocía que las oficinas centrales de Dyson se trasladaban a Singapur para reflejar la creciente importancia de Asia para el negocio de Dyson. Se da la circunstancia de que James Dyson es uno de los partisanos del Brexit, de ahí lo llamativo del cambio de sede.

El anuncio del cese del proyecto de coche eléctrico se hacía efectivo hace unos días. La compañía no ha logrado encontrar un comprador para sus diseños y dijo que sus planes de desarrollar un coche en Singapur no son viables desde el punto de vista comercial. "Hemos pasado por un proceso de encontrar un comprador para el proyecto, pero lamentablemente no ha habido éxito". El fundador resalta que esta decisión no responde a un fallo de producto ni del equipo, por lo que confirma que están trabajando para encontrar lo más rápido posible roles alternativos dentro de Dyson para la mayoría de los miembros del equipo y asegura que en la empresa tienen suficientes puestos para contratar a la mayoría de ellos en la división de Hogar.

En Alimarket acabamos de informar del desarrollo y rediseño de algunos accesorios para su secador SuperSonic, un gama la de cuidado personal que reforzaba con el styler AirWrap, que se convirtió en el producto Dyson de venta más rápida desde su lanzamiento. Las últimas novedades de la británica en España en sus gamas más convencionales datan de marzo de 2019 cuando sumó producto en aspiración, tratamiento del aire y luminarias.