La empresa de análisis de mercados Quor ha realizado un estudio cualitativo para Ecovidrio, con el fin de conocer la percepción de los ciudadanos en torno a los dos sistemas de gestión de reciclaje de vidrio: el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), que podría llegar a España de la mano de la próxima Ley de Residuos y Suelos Contaminados (actualmente en fase de tramitación parlamentaria); y el actual modelo, el Sistema Integrado de Gestión (SIG). La principal conclusión que se desprende del informe es que existe un rechazo del consumidor hacia el sistema de SDDR, originado, por un lado, por la incomodidad y lejanía de las maquinas de retorno de envases, frente a la cercanía de los contenedores actuales. Y, por otro, por considerar caro y abusivo tener que pagar por adelantado 0,25 € más por cada envase, ya que, si además se rompe, deteriora o pierde, no recuperarían su dinero, afectando directamente al precio final de la cesta de la compra.
También les ha causado incomprensión y confusión que el SDDR sólo se hiciera responsable de un determinado tipo de envases y no todos los envases como hasta ahora se lleva a cabo con los actuales contenedores. La técnica del estudio seguido ha sido mediante dinámica de grupo (focus group) dirigido a hombres y mujeres de 25 a 55 años residentes en Barcelona, Madrid, Sevilla y Pamplona. La selección de estas ciudades se produjo, respectivamente, en función de un nivel de sensibilización, alto, medio y bajo, así como una ciudad en donde se hubiera instalado una máquina de devolución de envases. La distribución de los grupos se hizo atendiendo a perfiles alto, medio y bajo en sensibilización sobre el reciclaje de vidrio. El estudio fue realizado entre los días 5 y 12 de mayo de 2011.
El SDDR genera “rechazo e incomodidad”
La principal demanda expuesta por los ciudadanos en los 'focus group' fue la necesidad de mayor número de puntos de recogida de envases. Actualmente, los españoles cuentan con 171.000 iglúes distribuidos por toda la geografía española, lo que significa que disponen de un contenedor a una media de 300 metros de su hogar. Por tanto, descartarían un nuevo sistema que les proporcionara un número inferior de puntos de recogida ya que les obligaría a un mayor desplazamiento y lejanía.
El asunto que más incomodidad e impacto les produjo fue la obligación de pagar por adelantado 0,25 € más por cada envase. Un aspecto que les pareció “abusivo y coaccionante” ya que en caso de rotura, pérdida o desperfecto del propio envase, no le sería devuelto por lo que no recuperarían su dinero, afectando directamente al precio final de la cesta de la compra. Entre las reacciones a este respecto suscitadas en los encuestados se encuentan que el incremento del precio de los productos avivará la afluencia de personas buscando envases en los contenedores y se duplicará el intento de robo en máquinas.
Incomprensión y extrañeza por un modelo centrado en determinados envases
Los ciudadanos convocados también mostraron extrañeza e incomprensión ante la posibilidad de que un sistema concreto, que aplica el modelo SDDR, se centrara únicamente en determinados envases de vidrio (aguas, refrescos y cervezas) y no en todos los envases de vidrio como actualmente gestiona el modelo SIG. Los consumidores expresaron que su hábito de reciclaje tendría que variar ya que si unos envases van dirigidos al contenedor y otros a la máquina, habría dificultad para reciclar, pues se abriría la necesidad de habilitar más cubos para reciclar en el hogar.