El positivo desarrollo de las secciones de frutas y hortalizas de las cadenas de distribución en los últimos años no ha frenado la evolución de las fruterías tradicionales, ya que en la actualidad continúan manteniendo una cuota de mercado importante. Según los datos de 2011 ofrecidos por el Magrama, el volumen comercializado en la tienda tradicional representó el 31% del total, 8.574 M t, frente al 35,5% que absorbió la distribución (hipermercados y supermercados).
Y aunque el canal de tienda tradicional es muy heterogéneo, lo cierto es que existe un entramado de cadenas de fruterías locales y regionales perfectamente organizadas. Algunas surgieron de la evolución de la actividad de determinados comercializadores hortofrutícolas y mayoristas en destino hacia la creación de una línea de negocio minorista paralela, a través de tiendas de proximidad propias, franquiciadas y locales asociados.
Huyendo de la imagen desfasada de los despachos tradicionales, éstas redes han renovado y modernizado el diseño de los locales, así como la forma de atender al cliente. En la actualidad, la mayoría de estas tiendas combinan el autoservicio con la venta de granel atendido, práctica que permite al comprador servirse él mismo y minimizar los gastos del negocio.







