El de salsas es un sector especialmente condicionado por el sabor, en el que las marcas fabricantes se ven forzadas a ofrecer a los consumidores la posibilidad de probar sabores novedosos e interesantes.

A su vez, estos se sienten invitados a degustar nuevos sabores, aunque ese ejercicio conlleve pagar un diferencial de precio. En Tailandia, un 77% de los consumidores de salsas creen que el sabor es el factor más importante a la hora de elegir una salsa de mesa o de cocina, mientras que el 50% opinan que el perfil aromático es el elemento decisivo para elegir un condimento o aderezo para ensaladas.

En Estados Unidos, una tendencia al alza es la incorporación de sabores e ingredientes asiáticos en los productos de alimentación y bebidas. Por ejemplo, un 37% de los consumidores adultos estadounidenses se sienten especialmente atraídos por los nuevos productos o recetas que contienen sabores o ingredientes asiáticos. La salsa asiática para barbacoa bulgogi de Burman’s [1] es una salsa dulce y picante de soja elaborada con zumo de pera, jengibre y pimiento rojo molido.

La ginebra puede ser un ingrediente poco habitual en las salsas, pero su toque amaderado, a pino, puede complementar platos tales como las carnes ahumadas o a la parrilla.

La ginebra, como inspiración aromática, tiene potencial de crecimiento: el “Martini sucio”, preparado con ginebra y salmuera de aceitunas, se ha utilizado recientemente como aromatizante en elaboraciones de salsas e incluso para acompañar platos de patatas asadas. En el mercado alemán, la salsa Gin BBQ Sauce, de Butcher’s [2], añade un nuevo toque de sabor a ginebra a la salsa barbacoa.

Los fabricantes de salsas deben innovar para competir en la era de la comodidad

La comercialización de productos de consumo rápido y fácil ha ido en aumento desde la pandemia de Covid-19. El número de consumidores dispuestos a pagar un suplemento por productos que puedan ahorrarles tiempo y esfuerzo es considerable, especialmente entre los jóvenes y los cabezas de familia.

En sectores típicamente caracterizados por la simplicidad, las marcas más innovadoras han estado trabajando en la introducción de novedades tendentes a mejorar la inmediatez de consumo de sus productos para diferenciarse de resto.

Las barritas de concentrado de salsa Bar To Cook Cooking Sauce Bars se conservan a temperatura ambiente, lo que facilita su almacenamiento, y su presentación permite controlar la cantidad utilizada y reducir los residuos generados.

Mediante este tipo de soluciones innovadoras, los fabricantes pueden facilitar el cocinado. En Dinamarca, la salsa boloñesa vegana para espaguetis Rømer [3] es ecológica, y contiene guisantes, judías y proteínas de girasol como sustitutos cárnicos, lo que evita la necesidad de incorporar proteínas adicionales.

Salsas y condimentos pueden aprovechar la moda de los pequeños caprichos en todos sus formatos

En las redes sociales, la “cultura del pequeño capricho” es un fenómeno caracterizado por la tendencia de los consumidores a incluir pequeños caprichos en su vida cotidiana para hacer más llevadera su rutina diaria. Aunque, tradicionalmente, el concepto estaba asociado a determinados segmentos, como los productos de confitería y pastelería, las salsas pueden adoptar un posicionamiento de mercado similar. Los consumidores pueden optar por reducir la utilización de condimentos debido a su elevado precio o, en algunos casos, por cuestionar su carácter saludable.

Pero las empresas fabricantes pueden presentar los condimentos y sazonadores como un “pequeño capricho”, capaz de convertir platos aburridos, como las sobras del día anterior, o alimentos saludables, como las verduras o las proteínas magras, en recetas sabrosas. A veces se puede conseguir mucho con poco; en un artículo sobre la salsa de chili crujiente Momofuku, en The Kitchn, el autor Morgan Pryor señala que “media cucharada le da un toque ahumado y terroso a todo el plato”.

La mayonesa como pasaporte a la diversión

Solo una pequeña parte de las novedades aparecidas en el segmento de las mayonesas durante los últimos cinco años estaba relacionada con el sabor, que no ha sido un atributo muy explorado por los desarrolladores de productos. Ha habido algunas novedades al respecto, como las mayonesas con aroma a lima, inspiradas en la popular salsa mexicana que acompaña a los elotes. En la misma línea, también han proliferado las mayonesas con salsa sriracha o chili. En el segmento de las mayonesas saborizadas, la mayor parte de las novedades lanzadas al mercado en el último lustro han girado en torno a sabores tradicionales y poco arriesgados, como la mostaza, el ajo o la trufa.

Sin embargo, la mayonesa tiene la ventaja de ser una salsa con un gusto neutro y reconocible, que permite crear combinaciones de sabor inesperadas más fácilmente que otras salsas. En lugar de ceñirse a los cánones de sabor universales de la mayonesa, las marcas más innovadoras han creado productos poco convencionales y de edición limitada para captar la atención de los consumidores.

Algunos fabricantes han encontrado en la mayonesa un instrumento para ofrecer sorprendentes combinaciones de sabor con las que deleitar a los consumidores en formatos de edición limitada. En España, por ejemplo, la salsa mayonesa para barbacoa Heinz Classic Barbiecue [4] se lanzó, en colaboración con Mattel, para celebrar el 65 aniversario de la marca Barbie y aprovechar el éxito de la película Barbie. Por su parte, en el mercado británico, la salsa mayonesa para patatas asadas Tasty Roast Potato Flavour Mayo [5] se diseñó especialmente para la campaña navideña. Está elaborada con crema de ajo asado, caldo de cebolla y romero, y se presenta como una salsa “ideal para acompañar sándwiches de pavo”. Por su parte, en Australia, la mayonesa con sazonador de pollo de Fancy Hank’s [6] combina una salsa elaborada con yemas de huevos de corral y el clásico sazonador de pollo australiano para crear un “sabor explosivo”.