Necesidad de capacitación digital
Existe una creciente toma de conciencia de que los conocimientos y habilidades en tecnologías digitales son competencias esenciales para los profesionales sanitarios y que el desarrollo de esas capacidades está retrasado en relación con las necesidades y la evolución de la tecnología
Por otra parte, existe una carencia de perfiles híbridos. Hay una falta de profesionales que combinen conocimientos clínicos con habilidades en tecnología y análisis de datos. Aunque se presuponga que los profesionales sanitarios tienen unos conocimientos y destrezas adecuados a su trabajo actual, se tienen que reinterpretar y acondicionar dentro del nuevo contexto de la trasformación digital de la sanidad. Hay que asegurar que el ritmo de los desarrollos de aplicaciones de la tecnología se refleje en las capacidades y habilidades de los profesionales sanitarios. La transformación digital no es un destino, sino un proceso continuo. Por ello, es necesaria la formación permanente, en la que juegan un papel importante formatos flexibles y aplicados (cursos online, minicursos, píldoras de conocimiento, etc.).
Existen distintos estudios sobre las necesidades de formación en competencias digitales para los profesionales sanitarios. De forma resumida la mayoría coinciden en señalar, por ejemplo, competencias digitales básicas y avanzadas, tales como alfabetización digital para uso fluido de herramientas digitales (correo electrónico, navegación web, ofimática, etc.); gestión de la información para buscar, filtrar, interpretar y aplicar información clínica fiable proveniente de fuentes digitales; sobre ciberseguridad y conducta segura, con conocimiento de los riesgos digitales, protección de datos y buenas prácticas (contraseñas, acceso, phishing, etc.); manejo de sistemas de información clínica, familiarización con historia clínica electrónica (HCE), sistemas de prescripción, imagen médica, etc.
También se señalan las competencias en salud digital incluyendo telemedicina y atención no presencial; conceptos básicos de interoperabilidad y estándares, así como el uso los datos en salud y los principios de gestión. También, un nivel básico de Inteligencia Artificial y Big Data para comprender su potencial y limitaciones en apoyo diagnóstico, predicción, gestión y toma de decisiones, sin olvidar estar al día sobre wearables, apps de salud, realidad aumentada, impresión 3D, etc.
Serían necesarias también competencias comunicativas y de relación incluyendo las de comunicación digital con el paciente y de trabajo interdisciplinar, colaborando con ingenieros, tecnólogos, informáticos, etc. Los profesionales también deben tener capacidad para soporte y guía de los pacientes en su papel de mentores, por ejemplo, en relación con el uso de Apps o manejo de la información en Internet. Igualmente necesarias serían competencias sobre seguridad, los aspectos éticos y legales, comprendiendo principios de la protección de datos personales y conocimiento del marco legal y normativo, así como sobre ética del dato y uso de algoritmos atendiendo a dilemas sobre sesgos, transparencia, consentimiento, etc.; y competencias organizativas y de liderazgo. Para navegar por la transformación digital es necesario contar con capacidad de adaptación, aprendizaje continuo, y de impulsar mejoras, pensamiento crítico y resolución de problemas digitales, detectar riesgos y oportunidades y liderazgo digital clínico, impulsando cambios desde la práctica y generar cultura digital en equipos.